jueves, 16 de abril de 2015

EL RINCÓN DE PILAR

Ya te estábamos echando en falta. Pero sigues cumpliendo y eso es de agradecer.
Simplemente maravillosa tu colaboración con el Club. Muchas gracias y a seguir disfrutando...

 
Los girasoles ciegos
 
 
PRIMERA DERROTA
Se unió Carlos Alegría
al ejército sublevado
para defender lo que era suyo
pero nunca ha disparado
Dedicado a al intendencia
con el rigor del agrimensor
observando a los soldados
seguía su progresión.
Los veía ir y venir
de la oficina al frente
del frente a sus rutinas,
de la rutina a la muerte
Aunque todas las batallas
se pagaban con los muertos
luchaban ellos por usura,
por conquistar cementerios
Pudieron haber avanzado
y someter al enemigo
la guerra hubiera acabado
los muertos serían mínimos
No quisieron ganar la guerra
y lograr con ella la paz
querían  aniquilar a todos
los del Frente Popular
En un inventario de cadáveres
se convirtieron los milicianos
convencidos de haber nacido
para ser derrotados
 
El Capitán Alegría estaba decidido
primero se rindió y luego
fue a entregarse al enemigo
ningún bando logró entenderlo
La vida del Capitán
se desvaneció en sentimientos
en soledades hostiles,
en crepusculares miedos
Abomina del enemigo
mas no quiere ser responsable
de la aplazada derrota y
del derramamiento de sangre
Su arma estaba limpia
brillante y engatillada,
jamás había disparado
y no quiso abandonarla
eso hubiera sido
contravenir las ordenanzas,
se la colgó al hombro
y emprendió la marcha
Con el uniforme del ejército
ganador iba vestido
mas, por dentro tiritaba
con estertores de vencido
Fue de una trinchera a la otra,
y en lo que duró el tránsito
solo escuchó su conciencia
y su alborotado pánico
Un desertor es un rival
que dejó de ser enemigo,
un rendido es un derrotado...
pero sigue siendo un enemigo
Ignoraba que bando debía
tomar un oficial cuartelero
que acaba de ganar la guerra
y perderla al mismo tiempo
Fusilado por los suyos
ha quedado malherido
deambula por los campos
hasta que vuelve a ser detenido
Su capacidad de sentir dolor
se había agotado hace tiempo
ante aquel apresurado
pelotón de fusilamiento.
Nunca había matado a nadie
y él iba a morir dos veces
nació en una fosa común
en abril de 1939,
caro precio debió pagar
por intentar ser coherente
por escuchar a su conciencia…
conciencia que otros no tienen
Logra quitarle el arma
a uno de los carceleros
con un disparo en la boca
termina su sufrimiento
La debilidad y la rabia,
el dolor y la violencia
se amalgaman con el tiempo
en un credo de supervivencias
Solo se habla la lengua
de la espada y de la herida
y entonan la misma salmodia
los verdugos y sus víctimas
SEGUNDA DERROTA
Huyó a la zona republicana
con su incondicional Elena
para unirse al ejército
que perdió la guerra
No alcanzaron su destino,
viajando por las montañas
solo su amor les mantiene
intactas sus esperanzas
Han perdido una guerra
dejarse atrapar por los fascistas
sería como regalarles
otra victoria inmerecida
 
Temiendo por su embarazo
se refugian en una cabaña
el niño llama a la puerta
cuando el invierno amenaza
Pare sola, no hay persona
que pudiera ayudarla,
el niño…junto a la madre,
y la madre se desangra.
Pero el padre no atiende
el grito de la supervivencia
y el niño llora tres días
junto a la madre muerta.
El llanto del niño es suficiente
él no derramó una lágrima
no hubiera logrado hacerlo
con tanto desconsuelo y rabia
-no quiero un hijo derrotado
ni nacido de la huida,
y el niño no hubiera querido
que de la muerte nazca su vida
En el tiempo que llevo aquí
sentía algo que no lograba descifrar
ahora que he encontrado un  lápiz
se lo que era…soledad
El tiempo de la compasión
acabó y tendré el invierno
para decidir sin prisas
de qué muerte moriremos
 
Escribe porque no quiere
recordar como se reza
ni soltar mil maldiciones
por tan terrible pérdida
Decide enterrar a su esposa
desprenderse de ella le da miedo
pone una lápida en su tumba
para que sean tres los remordimientos
-He visto muchos muertos
pero aún no he aprendido
como corregir el error
de que yo siga vivo
Contaré a mi hijo que me mira
como si me comprendiera
que yo no hubiera dejado que mis
enemigos desvalidos huyeran
Que no hubiera condenado a nadie
tan solo por ser poeta
mentalmente no estoy donde estaba
-si pierdo la ira ¿Qué me queda?
 
Con un trapo empapado
en leche de vaca diluida
chupa con avidez el pequeño
se va amarrando a la vida
la vaca, además de leche
les proporciona calorcito
la solitaria y fría cabaña
sirve a los tres de cobijo
La nieve cubre los pastos
los lobos afuera acechan
no tendrá leche para el niño,
si a la vaca no alimenta
-si la mato para comer,
para que la carne no se pudra
tendré que sacarla a la nieve
y los lobos la comerán con premura.
Si bajo al valle moriremos
el niño la vaca y yo,
si me quedo moriremos
la vaca, el niño y yo
 
Aterrado he matado a un lobo
con mi alma alborotada
pues su necesidad de comer les confiere
una fiereza casi humana
¿pensará la vaca que mi hacha
le salva de los lobos
o sabrá que son los lobos
quienes le salvan de mi hacha?
 
Hoy he cogido a mi hijo
hoy por fin lo he basado
se me habían olvidado
los labios de no usarlos
El miedo, el frío el hambre
la soledad y la rabia
desalojan la ternura
y nos roban la calma
tengo miedo de tanto miedo
pero de él me siento orgulloso
pues he visto morir en esta guerra
a demasiada gente por su arrojo
 
Llamaré Rafael a mi niño
esta mañana ha muerto
aprendió de su madre
a morir sin aspavientos
no ha querido esta mañana
oír mis palabras de aliento
aunque mi corazón late
aunque vivo, yo estoy muerto
Solo he sido un mal poeta
que ha cantado a la vida
en las húmedas trincheras
donde la muerte anida
 
TERCERA DERROTA
Con la turbación
con la que se pronuncia un sortilegio
Juan Senra contestó  “si”
y salvó su vida de momento
Llevaba en pie desde el alba
con mono y jersey tan austeros
que dejaban pasar el frío
y dejaban manar el miedo
Al coronel Eymar
su bigote horizontal
le dotaba de fiereza,
de sonreír era incapaz
Estaba Juan siendo juzgado
como criminal de lesa patria
al dolor de la madre
de un asesino se enfrentaba
era un remedo de dolor posando
para retratar la venganza
buscaba la mentira y era
una madre destrozada
El silencio es un espacio
donde nos refugiamos
pero en el que no estamos
indefinidamente a salvo
El  coronel quería
saber más de aquel vencido
a quien iba a condenar a muerte
y había conocido a su hijo
héroe de su estirpe que había
muerto para ser vengado
Juan lo viste de laureles
como a un mártir torturado
la ansiedad trepaba por la
garganta de Eymar atiplando
aquella voz autoritaria
con los balbuceos del llanto
OTROS PRESOS
Cuando estalló la guerra, Eugenio
esperó que su tío odiado
tomara partido por un bando
para tomar él, el contrario
fue así como proclamó
su lealtad a la república
sin ideales ni pensar en las razones
de su toma de postura
guerreó como quien juega
porque no gane el contrario
nunca vio como enemigos
a sus adversarios
esta vez él ha perdido
en otra ocasión ganará
sin revanchas ni culpables
como en un juego de azar
Entre tantas ceremonias
de muerte y agotamientos
aunque enfermo de tisis
ponían todo su empeño
en que no muriera en la celda
entre sus compañeros
debían llegar vivos
al pelotón de fusilamiento
Sin saber cual fue su crimen
fusilaron a Eugenio
se le fue la vida a chorros
y se acabaron los miedos
Apaleaban a los presos
hasta que en ellos no queda
la convicción mas mínima
y se desperdigan sus ideas
Se podía gritar y aullar
por los golpes recibidos
pero no llorar de pena,
eso...estaba prohibido
La jerarquía de la cárcel
perfectamente establecida,
los condenados a muerte
en la segunda galería
en la cuarta los que ya
han sido condenados
cuentan los minutos
para su eterno descanso
Juan tuvo que enfrentarse
a las miradas de sus compañeros
de galería, cuando con gran
sorpresa suya le devolvieron
al lugar donde la muerte
todavía necesita un trámite
esperanzado pensaba:
la muerte no va a alcanzarme
En la galería y en voz baja
tenían lugar seminarios
Juan definía a sus participantes
como cadáveres informados
Encontró cierto parecido
entre escribir y acariciar
entre las palabras y el afecto,
entre la memoria y la complicidad
Si no había listas al amanecer
para subir al camión de la muerte
la esperanza y la ilusión surgían
y festejaban su suerte,
entre las fisuras del miedo
como invisible estandarte
surgía un bálsamo capaz
de aliviar el frío y el hambre
 
Ahora que Juan ha visto
la oscura boca del infierno
supo que fue un error
no hablar de los afectos
a nadie le servía de consuelo
pero agradecía que hubiera
quien quisiera mantener vivas
aquellas almas muertas
 
Cada día lo llevaban al despacho
solo para oír hablar de su hijo
la madre le lleva jerseys de lana
y suculentos bocadillos
ven en Juan al hijo muerto
con amor lo escuchan y miman
si pudieran saltarse las normas
a su casa lo llevarían
Ella pregunta: estás enfermo?
y el tardó en contestar
logró decir: estoy muerto
ella le anima ¡esto pasará!
Le dijo que recordaba la verdad
que su hijo fue justamente fusilado,
no como criminal de guerra
sino como criminal sin rango,
que traicionó a sus compinches,
que gracias a él habían descubierto
y desbaratado organizaciones
que traficaban con medicamentos,
que de nada le sirvió su cobardía,
condenado por un tribunal justo,
que fue ejecutado por un pelotón
de fusilamiento aún mas justo,
que se cagó en los pantalones,
que lloró y suplicó piedad,
que fue una rata sin valores,
que fue un mierda y murió como tal.
 
Juan fue el primero aquel día
en la lista de los condenados
ni las amenazas del alférez
ni los golpes del secretario
lograron ponerlo firme
y con su orgullo intacto
solo dejo de maldecir y odiar
cuando recordó a su hermano
-Cuando recibas esta carta
ya me habrán fusilado
no he logrado enloquecer
aunque juro que lo he intentado
nunca estuvo mas vencido
pero ¿cómo se mata a un muerto?
esa idea le otorgó una
inesperada altivez en su gesto
 
CUARTA DERROTA
Ricardo Mazo, esposo y padre
profesor de literatura
constaba cono huido…o muerto
al pueblo no volvería nunca
EL HERMANO SANTIAGO
El diácono combatió tres años
en el frente participando
en la cruzada, conviviendo
con  gloriosos y soldados
cicateros y mezquinos,
pero propensos a dios
cuando están abocados a elegir
entre la gloria y la perdición.
Ala larga son los instintos
para la vida como un ancla
los soldados saben que los muertos
 nunca ganan las batallas.
Tres años olvidando
la vida propia y la ajena
hacen del cruzado un soldado a
las huestes de dios en soldadesca
 
Nadie le enseñó  a diferenciar
el amor de la lascivia,
creyó haberse enamorado
y que Elena le correspondía.
Empeñado en protegerla
si le vuelve a rechazar,
sería necia como una estatua
que rechaza su pedestal.
Fracasó por ignorar que aquello
que quería seducir le  estaba seduciendo,
la belleza conmovedora del mal
provoca mas adoración que miedo.
RICARDO ELENA Y LORENZO
Un rosario ocultaba
las bisagras del armario
lugar clandestino
donde se esconde Ricardo
-Resistiremos lo necesario
necesitamos estar lúcidos
para vivir como si no existieras
Y poder así continuar juntos
Cada vez está Ricardo
mas entristecido y angustiado
por si durante algún registro
no logra contener el llanto.
Lorenzo admiraba a su padre,
y cuando se hizo público
que le cuidaba desde el armario
se inundó de un inmenso orgullo.
Participa en la liturgia de temores
está terriblemente asustado
por si se rompe la burbuja
que les mantiene a salvo.
 
Estando en casa, con sus amigos
y su padre precisó ir al baño
la madre habla de un fantasma
que a veces viene a visitarlos,
tira de la cisterna y se marcha,
y todos aterrados de miedo,
dieron por buenas las explicaciones
creyéndose a las puertas del infierno.
El temía cualquier cambio
todo era real pero nada verdadero
de mostrarle lo que pensaban
sus padres tenían miedo
 
Ricardo está al límite
necesita aire fresco
y se asoma a la ventana…
Elena lo derriba al suelo.
Permanecieron arrebujados
hasta que otras voces y silencios
dieron los hechos por no ocurridos
y rompió el esposo en lamentos,
sofocados guturales y sordos,
que su mujer fue rebañando
con sus labios, con su lengua
sorbió su rabia dolor y llanto.
Reconstruyo el camino de las caricias
de antaño, y jadeó en silencio
atrajo las pasiones enterradas
en los rincones del miedo,
ayudó a que las manos de su esposo
emprendiera la búsqueda de sus secretos,
se arrodilló para buscar con sus labios
el vigor que antaño era fiero,
escondido entre tanta tristeza
cuando obtuvo respuesta, en el suelo,
se enzarzaron en un cúmulo de posesión
sin un jadeo, sin gritos, sin un “te quiero”
 
Reinventó la ciudad su rutina
como si no hubiera perdido una guerra
la complicidad de sus amigos le enfureció
cuando aceptaron el “borrón y cuenta nueva”
Franco José Antonio, El Movimiento
devolvieron a los hombres la cordura
no hay víctimas, son héroes
“La Victoria” se escribe con mayúsculas.
“Cruzada” quería decir guerra
“Rojos” significaba demonios
“Nacional” era sinónimo de vencedor
“Voluntario” era obligatorio.
 
Eulalia, sexagenaria que se ganaba
la precaria vida como asistenta,
cuando el hambre superaba
su capacidad de subsistencia
cogía un chusco de pan blanco
y lo vendía en el mercado
ella sabe que está prohibido
pero lo hace con descaro,
se dejaba ver por los guardias
pues cada detención suponía
dos comidas diarias calientes
durante diez o quince días
Cada vez mas raramente aparecía el hombre recto
que conquisto a Elena en aquellos tiempos
en que la palabra era importante
con ella construían el pensamiento
Empeñado en adquirir mas transparencia
en ocupar cada vez menos espacio
aun estando solo en la casa permanecía
horas y horas encerrado en el armario
Preparaban la huida
iban vendiendo los muebles
para conseguir el dinero
con que pagar los billetes
 
-Padre, mi fe, mi vocación, mi victoria
me habían sido arrebatadas
lo que jamás llegué a pedirle
aquella mujer me negaba
Con un vigor que no reconozco
arremetí contra el templo bien guardado
que esa mujer protegía con su honra
y me tenía por siempre vedado
Sentí la fuerza en mi brazo
y la ira en mi garganta
pero yo quería justicia,
no anhelaba venganza.
Fueron apareciendo rostros
tras los visillos de las ventanas
nadie abrió por si aquella locura
se colaba de rondón en sus casas.
 
Ricardo, sentado a horcajadas
en el alfeizar de la ventana,
se dejó caer al vacío
sin pronunciar palabra.
 
-Padre, quiso trocar el maligno
mi orgullo en remordimiento
absuélvame y seré uno más en el rebaño
viviendo entre girasoles ciegos


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