sábado, 9 de abril de 2016

LA VIDA Y LA MUERTE ME ESTÁN DESGASTANDO

Nuestro primer autor chino. Nuestra primera obra china. Nuestro primer premio Nobel chino. Todos estos mimbres auguraban un buen cesto.
Me equivoqué.
No recomiendo esta novela para un Club de lectura. Si densidad, puesta en escena con un montón de narradores y tiempos que nos van confundiendo; nombres y tramas que no acaban de enganchar. El choque cultural y un sin fin de excusas han  hecho que los miembros de este Club, afortunadamente no todos, hayan desechado esta novela.
Lo cierto es que su complejidad no facilita los coloquios y debates, haciendo estéril la reunión semanal.
Pero todo pasa y nada queda. Bueno, sí que queda. Para los que llegamos al final, se puede decir que sí ha merecido la pena.
Si bien la formación coral de la novela, los tiempos, las situaciones y su total complejidad no parecen ser motivos válidos para meterse en hojas, la perseverancia tiene sus frutos y nos regala una estupenda historia de amor, una estupenda historia de China y un estupendo final.
Nadie puede decir que sea trabajosa su lectura, todo lo contrario, las páginas van pasando con mucho ritmo; otra cosa es que no te enteres de nada. Si es así, mejor lo dejamos (cosa que han hecho), pero si la historia te atrapa, llegará el momento de emprender la recta final de la novela en la que se podrá disfrutas plenamente de toda ella.
Está claro que no ha sido un acierto para el Club, ni para hacer esta entrada, que me está quedando un tanto enredada, pero siempre hay y habrá personas que disfruten con las aventuras de un burro, de un buey, de un cerdo, de un perro y de un mono.

La ficha.


TITULO DEL LIBRO: LA VIDA Y LA MUERTE ME ESTÁN DESGASTANDO


AUTOR: MO YAN (CHINA 1955)

 
ARGUMENTO: Un terrateniente chino, Ximen Nao, es ejecutado, y tras bajar al inframundo y tras ser juzgado, vuelve a la vida encarnado en diversos animales. Durante sus reencarnaciones nos irá contando, junto con otros narradores, la vida de una familia desde el 1 de enero de 1950. Un burro, un buey, un cerdo, un perro, un mono, Mo Ya y un niño serán los encargados de formar esta historia de amor. Un amor entre personas, un amor a un pueblo, un amor a un pedazo de tierra, un amor a una revolución, un amor a las costumbres y tradiciones, un amor al trabajo, y un amor a la verdad. Una infinidad de personajes participan en la vida y muerte del personaje principal y nos conducen por medio siglo de cambios y transiciones para terminar, cómo lo diría yo, como el rosario de la aurora.


VALORACIÓN: Extensa obra, rozando las 800 páginas, de lectura ágil aunque pueda parecer lo contrario, pero con dificultad para mantener la atención del lector, quien se siente desorientado con la cantidad de personajes y cambios de narrador, haciendo ardua y laboriosa el seguimiento de la trama.
Pese a ello, amén de la peculiaridad de la narrativa china, la historia no deja de ser curiosa, en momentos divertida y original, sobre manera en el punto de hacer partícipe al propio autor de protagonista narrador de la obra, contribuyendo a la narración de la propia historia de China en la segunda mitad del siglo XX. Por último, pensar en los inconvenientes que acarrea la traducción de la novela, debiendo de haber sido un auténtico encaje de bolillos. Se le califica como CRIANZA

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