jueves, 17 de enero de 2019

LA PIEDRA DE LA PACIENCIA

Comenzó el año y lo hizo de la misma forma que finalizó el otro, por todo lo alto. Pena da que  este libro se haya leído de una sola vez, es decir que solo hayamos tenido una reunión con él, ya que a la vista de lo sucedido el viernes pasado, dos horas fueron pocas para disfrutar de este pedazo de novela, le habríamos sacado más jugo.
La temática se prestaba a ello, pero hacerlo ameno, plural y agradable es obra de este grupo de personas que durante tantos años hemos devorado juntos tanta tinta impresa.
Yo salí de la reunión con una hemorragia de satisfacción tal que casi tengo que ir a urgencias. Afortunadamente nada grave.
Gracias Atiq Rahimi, gracias a tu sangue sabur y gracias a todas las personas que se comprometen y luchan día a día por la igualdad entre los seres humanos.
Desde este Club de Lectura solo nos queda recomendar la lectura de esta pequeña joya de la literatura contemporánea y esperar que dentro de no mucho tiempo no hagan falta tantas piedras de la paciencia.

Y ahora la ficha de siempre. Bueno no la de siempre, que procuro cambiar.


TITULO DEL LIBRO: LA PIEDRA DE LA PACIENCIA (Sangue sabur)               

AUTOR: ATIQ RAHIMI  (Kabul, Afganistán, 1962)



ARGUMENTO: ¿Alguna vez has tenido la necesidad de contar a alguien o a algo eso que te correo por dentro, que te abrasa, te ahoga y no te deja vivir? ¿Esos secretos, angustias, temores que quieren salir de ti pero que no encuentran receptor? Este es el caso de la protagonista de esta novela, quien “afortunadamente” ha encontrado en su esposo, postrado en cama en estado vegetativo por culpa de una bala ubicada en su nuca, la piedra de la paciencia a la cual echar todo lo que tiene dentro y la oprime y así quedar liberada de sus sufrimientos y miserias, con el objeto de que sea la piedra la que cargue con todo ello y explote, quedando al fin totalmente liberada. Y a esto hay que añadir un país en guerra, ultra religioso y machista. Pero pudiera ser cualquier otro lugar no muy lejano.



VALORACIÓN: Noventa y nueve páginas, noventa y nueve. Se dice pronto y se lee mejor, gracias a su pulcra edición. Noventa y nueve cargas de profundidad destinadas a no dejar al lector ni un momento de tranquilidad, de hacerle partícipe de lo que está sucediendo, e incluso de que se sienta culpable de lo que está pasando. Magnífica novela, sorprendente de principio a fin, con una postura muy valiente por parte de su autor. Solo queda levantarse y aplaudir, si el final te deja fuerzas para ello. Y después, que opinen otras, yo me aparto. Mea culpa.  Se la califica como GRAN RESERVA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario