lunes, 3 de abril de 2017

EL CAMINO

Y llegó el 100. Nuestro libro número cien en el Club y nuestro libro cien en todo los sentidos. ¡Como lo hemos pasado! Ha supuesto una bacanal lectora. Una verdadera hemorragia de satisfacción el haber disfrutado con el Grupo esta novela. Dos sesiones, solamente dos sesiones, una pena, pudieron haber sido veintidós y treinta y dos, pero hay que dar paso a otros libros y otros goces.
Nos hemos trasladado a nuestra infancia, a nuestro pueblo, a nuestra pandilla, travesuras, juegos, quehaceres y vivencias. Recordado a las vecinas, al cura, a la maestra... La fiesta patronal con su procesión, su volteo de campanas, sus cucañas, sus partidos de pelota o fútbol. Nuestro primeros amores. Ah! nuestros primeros amores.
No se puede pedir más. Es la pura verdad. Todos los miembros del Club han sido claros y unánimes con la valoración de El Camino.
No voy a recomendar su lectura, no es necesario, allá cada cual con su vida, pero un chute de felicidad no le viene mal a nadie.
Hemos progresado adecuadamente. Y para ello no hemos tenido que coger ningún tren, solo unas pocas hojas bien escritas.
He dicho.


TITULO DEL LIBRO: EL CAMINO
 
                       
AUTOR: MIGUEL DELIBES (VALLADOLID 1920 - 2010)

 
ARGUMENTO: El progreso, el camino que hay que seguir para progresar y las decisiones que se teman para ello. O lo que es lo mismo, Daniel, el Mochuelo, Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso. En la noche previa a marchar a la ciudad para continuar los estudios y progresar, Daniel, el Mochuelo, no logra conciliar el sueño. Va a ser la primera vez en sus once años de vida que abandone del pueblo. Desazonado y descorazonado, en esa noche de insomnio recuerda las andanzas por su pueblo, sus gentes, costumbres, fiestas, travesuras y en definitiva toda su corta pero intensa vida.

 
VALORACIÓN: Alucinante. Te deja flotando de pura satisfacción. Es una gozada de cabo a rabo. Todos su capítulos son un canto a la vida, a la naturaleza, a lo rural, a la infancia. Una obra llena de ternura, pero sin empalagar; humor, pero sin hartar; de tragedia, pero sin saña; de pasión, eso sí, de pasión a raudales, una pasión que se mete hasta el tuétano y no te deja hasta la frase final con la que por fin puedes soltar todo lo que llevas dentro. Probablemente una de las obras primordiales de la literatura del pasado siglo. Se le califica como GRAN RESERVA.

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