viernes, 23 de enero de 2015

EL CHISTE DEL MES

Ciertamente hay momentos en los que uno puede cuestionarse los sacrificios hechos durante la vida.
No siempre tienen la recompensa debida.
Una sonrisa.

Estanislao yace en su lecho de muerte. A su alrededor se encuentran sus seres queridos. Al acercarse el momento final, alcanza a murmurar:
—Debo contarles mi mayor secreto.
Su familia lo anima a continuar.
—Antes de casarme lo tenía todo —dice Estanislao—, autos deportivos, mujeres hermosas, muchos amigos y una gran fortuna. Pero un amigo mío me aconsejó: “Cásate y forma una familia. De otro modo, no habrá nadie que te dé a beber un vaso de agua en tu lecho de muerte”. Así que seguí su consejo y dejé de salir a divertirme. Cambié a las mujeres por mi esposa y a las cervezas por alimento infantil. Vendí mi Ferrari e invertí en fondos para la universidad. Y aquí estoy. Pero, ¿saben una cosa?
—¿Qué? —preguntan sus familiares.
—¡Ni siquiera tengo sed!


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