La temática se prestaba a ello, pero hacerlo ameno, plural y agradable es obra de este grupo de personas que durante tantos años hemos devorado juntos tanta tinta impresa.
Yo salí de la reunión con una hemorragia de satisfacción tal que casi tengo que ir a urgencias. Afortunadamente nada grave.
Gracias Atiq Rahimi, gracias a tu sangue sabur y gracias a todas las personas que se comprometen y luchan día a día por la igualdad entre los seres humanos.
Desde este Club de Lectura solo nos queda recomendar la lectura de esta pequeña joya de la literatura contemporánea y esperar que dentro de no mucho tiempo no hagan falta tantas piedras de la paciencia.
Y ahora la ficha de siempre. Bueno no la de siempre, que procuro cambiar.
TITULO DEL LIBRO: LA
PIEDRA DE LA PACIENCIA (Sangue sabur)
AUTOR: ATIQ RAHIMI (Kabul, Afganistán, 1962)
ARGUMENTO: ¿Alguna vez has tenido la necesidad de contar a alguien o a algo
eso que te correo por dentro, que te abrasa, te ahoga y no te deja vivir? ¿Esos
secretos, angustias, temores que quieren salir de ti pero que no encuentran
receptor? Este es el caso de la protagonista de esta novela, quien
“afortunadamente” ha encontrado en su esposo, postrado en cama en estado
vegetativo por culpa de una bala ubicada en su nuca, la piedra de la paciencia
a la cual echar todo lo que tiene dentro y la oprime y así quedar liberada de
sus sufrimientos y miserias, con el objeto de que sea la piedra la que cargue
con todo ello y explote, quedando al fin totalmente liberada. Y a esto hay que
añadir un país en guerra, ultra religioso y machista. Pero pudiera ser
cualquier otro lugar no muy lejano.
VALORACIÓN: Noventa y nueve páginas, noventa y nueve. Se dice pronto y se
lee mejor, gracias a su pulcra edición. Noventa y nueve cargas de profundidad
destinadas a no dejar al lector ni un momento de tranquilidad, de hacerle
partícipe de lo que está sucediendo, e incluso de que se sienta culpable de lo
que está pasando. Magnífica novela, sorprendente de principio a fin, con una
postura muy valiente por parte de su autor. Solo queda levantarse y aplaudir,
si el final te deja fuerzas para ello. Y después, que opinen otras, yo me
aparto. Mea culpa. Se la califica como GRAN
RESERVA.
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