A este paso me va a ganar. Hace Pilar su trabajo con tanta eficacia que me saca los colores. Casi ni pongo yo la entrada de la novela y ya tenemos aquí, hace tiempo que me lo mandó, su versión "versolada".
Muchas gracias y a seguir.
BLANCA
La tisis le deja sola en el mundo,
un tío abuelo cura le ampara,
olía al calor de la chimenea
encendida en la
estancia.
Las amas le colman de mimos y besos,
le toma bajo su protección el Sr Obispo,
le manda a un colegio donde solamente
van las niñas de papás ricos.
Sus necesidades afectivas
sin traumas se van desarrollando,
sus recuerdos mas gratos están unidos
a la persona del Obispo y su palacio.
Todos los jueves por la tarde
apenas cumplidos los 7 años
recorre largos corredores hasta llegar
a los aposentos
de Don Atilano.
Merendaban, té para el señor obispo,
para la niña chocolate con pastas,
el escucha con
atención suma
las novedades que ella le narra.
Acabadas las confidencias
pone música y
la melodía mana
del obispo de forma tan natural
como si estuviera viendo lo que canta.
Intuyó Don Atilano un día
que ya le había venido la regla,
le dijo: -no son ciertas las tonterías
que has escuchado sobre este tema,
eso de que no puedas comer ensalada
o que se te corta la mayonesa,
puedes y debes seguir con tu vida
y lavarte cuanto quieras-
Le prende amoroso del hombro
cuando a la puerta le acompaña,
todavía resuena en el aire la melodía
del brindis de
“La Traviata”.
El colegio era un campo neutral
donde mis cualidades personales
y mi educación exquisita
compensaban mis carencias sociales
La orfandad predispone a la gente
a mi favor, mi figura pálida delgada,
y mis ojos
grandes y negros
de melancólica mirada.
Tenía yo un sentimiento de privación
por no tener cabellera dorada,
Helena era rubia de ojos verdes
las dos cosas que yo envidiaba.
Me gustaba su forma de vestir, moverse
de mirar y escuchar las explicaciones
la desenvoltura de su saludo
su esmero con horarios y obligaciones.
El obispo decía que la envidia
era el dolor ante el bien ajeno
empequeñece el alma de quien lo alimenta
es un mezquino sentimiento
Eramos de las pocas chicas
del colegio que soñábamos
con una carrera
universitaria
y no con casarnos y ponernos de largo.
Don Atilano me recomienda “Farmacia”
por cuestión de tipo práctico,
acepté sin entusiasmo la propuesta
sin descartar un posterior cambio,
-lo que vas a querer en la vida
debes pensar con cuidado
porque todo lo que deseas mucho
puedes lograr alcanzarlo-
HELENA
Me dijo que me parecía mucho
a la Dama de las Camelias
mujer de expresión melancólica
grandes ojos y piel morena
Helena me da su confianza mostrándome
los rincones mas íntimos de su vida,
yo soy mas reservada, no por desconfianza
sino por temor a no ser comprendida.
Sus padres son Cristina y Eduardo,
me cuenta la historia de su madre,
murió cuando ella tenia 12 años
sufría bajadas de azúcar en sangre.
Sus hermanos la besan tristes
ella mira la escena en silencio,
de pronto la muerta exhala un suspiro
parpadea y regresa de entre los muertos.
Del temor a la muerte nacen las religiones
aunque no haber pruebas de fundamento
que evidencien mas vida que la terrena
ella asegura que estuvo en el cielo.
Cristina me regala cariño y ternura
-pobre niña huérfana y desamparada-
me desagrada que no me quieran
por mi sino por mis circunstancias.
Eduardo me pareció el hombre
mas atractivo
que había visto en mi vida,
sus movimientos eran combinación
perfecta de fuerza y armonía.
Ni apagado como su hijo Pedro,
ni batallador como su hijo Carlos,
ante aquel hombre deslumbrante
las otras presencias se me borraron.
Guapo, elegante, perfumado,
se relaciona con la aristocracia
montar a caballo, el polo y la lectura
son sus aficiones mas arraigadas.
Helena se enamoró del chofer
pero este la utilizaba
de correo para mandarle recados
a una doncella casada.
Ahora esta
con el chico que monta
a caballo en Puerta de Hierro
me convierto en celestina
de sus clandestinos encuentros.
Se meten entre los matorrales
yo vigilo el camino y los veo a ellos
aviso si alguien se acerca y salen
con los botones desabrochados y el pelo
revuelto
Helena quería que amara a Carlos
para reforzar los lazos de amistad
con otros mas recios y perdurables
los del parentesco matrimonial.
“Farmacia” era el medio mas sencillo
de lograr una independencia económica
la subordinación a un marido produce
en mi adolescencia verdadera congoja
-No desaprovechemos las oportunidades
nosotras podemos escoger-
dijo Helena- porque ser estúpido
es lo peor que se puede ser-
LAS ENCLAUSTRADAS
Se alimentan
del trabajo de la huerta,
juegan a la rueda y cantan:
“al cielo quiero ir” parecen niñas
mentalmente retrasadas
¿y si no hay cielo ni vida eterna
se estarían sacrificando por nada?
son felices, no sufren por la familia
ni el amor desvela sus noches largas,
no tienen una amiga que las arrastre
a hacer lo que les desagrada
sopesé pros y contras y dije:
-!mejor monja que casada!
Todos me invitan en Navidad,
pero yo extraño el cariño de las amas
que entre besos
me ponían al día
de lo acontecido desde mi marcha,
extrañaba las tímidas caricias del abuelo,
con Don Atilano, las vespertinas charlas,
la tranquilidad de mi mundo,
el sonido de las campanas,
el lento pasar del tiempo,
los cánticos de las enclaustradas,
Helena se abstuvo de criticar
lo que yo tanto añoraba.
Dijo del obispo que era alto y fuerte,
que tenía piel como de deportista,
que sus manos eran anchas con los pelos
justos para resultar bonitas.
Le gustaba su cabeza erguida
su gesto bizarro y arrogante,
su boca, sus dientes, sus labios,
sus ojos negros brillantes.
Intuyó en su vida un amoroso secreto
al oírle cantar el “adiós a la vida”
en su voz desprendía el sentimiento
de una pasión no correspondida.
EL OBISPO
Don Atilano se quedo sin padre
cuando él contaba pocos años
su madre, falleció siendo ya religioso
en su gabinete luce su retrato.
Cuando quedó prematuramente viuda
como un hombre
en la tahona trabajaba,
después bordaba exquisiteces
que la aristocracia se disputaba.
Metió a su hijo en el seminario
porque no le costaba nada,
era mejor que la panadería
y su educación
aseguraba.
Fuera estaba la miseria,
el Seminario era el bienestar natural,
el acceso a una vida mas digna
y sobre todo refinamiento espiritual.
Entró con 11 años al seminario
y él confía en
que el señor
valore el esfuerzo que ha hecho
por multiplicar lo que él le dio.
Rememora su sacrificio
está su deber por encima de sus deseos
escoge ser sacerdote renunciando
a aquella mujer de los dulces besos.
Contrata a Josefa en la casona
al morir padre e hijo al mismo tiempo
se preocupa de la gente humilde
que tienen exiguos ingresos.
Desde que le dio un ataque de corazón al obispo
Blanca veía la muerte como presencia constante,
como una
compañera de la vida
de la que no puede separarse.
EVARISTO
Nadie sabía de la enfermedad del obispo
pues el boticario, ateo republicano,
nada comentó sobre las medicinas
que vendía a Don Atilano,
a ese representante del oscurantismo
que además de ser foráneo,
cultiva naranjas agrias
en la huerta de su palacio.
Helena queda prendada del obispo
no podía amar a
quien no admirase,
Aunque la belleza del jinete de Puerta
de Hierro no pudiera negarse,
era incapaz de sentir placer
cuando el empezaba a manosearle,
prefería explorar su propio cuerpo
logrando un delirio exultante.
Blanca, a la hora de la merienda
escuchaba lo que decían las amas:
“Hay mujeres que disfrutan mucho
otras a quienes no les gusta nada,
las hay que solo gozan con otras mujeres,
y hombres que a otros hombres desean,
no hay nada que esté prohibido
cuando grita la entrepierna”
-Me gustan los pechos grandes-
dijo Helena rozándome un pezón-
dejó sus pechos
al aire
desabrochándose el camisón,
pero a mi me gustan mas los suyos
me parecen mucho mas elegantes,
los mios son ordinarios vulgares
excesivamente repletos de carne.
Recordé dos chicas en el colegio
que siempre dormían juntas
posé mis dedos y labios en sus pechos
comenzando así nuestra primera aventura.
Tenia el color de las flores del manzano,
un escalofrío recorrió mi piel,
al sentir como se endurecía en mi boca
no pude seguir...
y me aparte.
Helena se abrochó satisfecha:
-empezaba a creer que era anormal,
nunca me entregaré a una persona
a quien no pueda admirar-
Helena me había gustado siempre
la rubiez dorada, el cuello largo,
los ojos claros de princesa de cuento
la melena de mechones casi blancos
y sedosos que cuando los recogía
en un moño escapaban del lazo
el vello de las axilas que semejaba
plumón de los nidos de pájaro,
la mata del pubis donde el pelo
era mas oscuro fuerte y rizado
yo lo envidiaba por no tenerlo
y adoraba acariciarlo.
Helena hundía su cara en mi cuello
se frotaba como un gato,
le faltaron en su infancia los besos
que a mi las amas me prodigaron.
Empezó a preocuparse de que
solo conmigo llegase al orgasmo,
su homosexualidad limitaba sus relaciones
con la otra mitad de los seres humanos.
Juntas nunca seríamos felices
éramos como el hombre del cuento
que atraviesa el bosque buscando una rama
para hacerse un bastón de fresno,
y va desdeñando las que encuentra,
piensa que encontrará otra mejor,
al llegar al final se da cuenta
de que no puede hacerse el bastón.
Pero no se trata de pactar con la realidad
ni de bajar las exigencias
sino de estimar esa realidad
y no compararla con quimeras.
Al acabar el internado
nos trasladamos a una residencia,
y sobre la Nueva Física
acudimos a unas conferencias.
Mi estado de perpetua becaria
tal incomodidad me producía
que seguí a Helena por aquel camino
que especialmente no me atraía.
Éramos las únicas del sexo femenino
en aquella enorme facultad,
los profesores nos trataban
con extrema
cortesía y afabilidad.
AROZAMENA
Era admirado por su talento
y amigo personal de Azaña,
compartían animadversión a la educación
religiosa y sus ideas republicanas.
Era arbitrario e injusto
en el ejercicio de la docencia,
pero sus clases estaban atestadas
y en la Facultad era una estrella.
Al acabar la carrera nos coge
como ayudantes, pues al ser chicas
nos suponía docilidad, sumisión
y ser escasamente competitivas.
Esperaba de nosotras un comportamiento
acorde al cargo de “ayudantes perpetuas”
porque nunca mencionó la posibilidad
de una promoción académica.
Dos años después le reprochamos que
con neutrones
estuviéramos trabajando
nos insulto, dijo que eramos animales
de ideas cortas y cabellos largos.
Le ofrecen dirigir
el Centro
de
Investigaciones Científicas en 1934
nos pide nuestra colaboración
en su proyecto y aceptamos.
Nos dijo: -no se que me depara el futuro,
ignoro donde puedo llegar,
pero si lo que sospecho es cierto
cambiará la vida de la humanidad-
Llegó a decir que las personas rubias
le parecían seres medio hechos
como el pan que se le saca
del horno antes de tiempo.
Por eso el profesor me besó a mi,
oí estruendo de cristales rotos
mis piernas temblaron al ver a Helena
mirándonos desde la puerta del laboratorio
-cualquier mujer se sentiría orgullosa
de enamorar a un genio y tu lo rechazas
yo haría por el cualquier cosa
pero conmigo no quiere nada-
Me sentí como una “virgen hipócrita”
concepto que designa al sexo femenino
que finge despreciar lo que desea
deformado por los prejuicios.
A partir de su arrebato en el laboratorio
empezó a tratarnos de forma distinta,
los trabajos de Helena recibían elogios
los míos eran
objeto de crítica.
Con ella era atento, simpático
cariñoso y muy amable,
conmigo se mostraba seco
y en apariencia distante.
Si quería hacerme alguna corrección
cosa que ocurría casi todos los días,
venía a mi mesa y se inclinaba
yo sentía su aliento en mi mejilla,
iba yo enrojeciendo a medida
que pasaba el tiempo y el seguía
detrás de mi resoplando
y echándome su calor encima.
La situación me
ponía tan nerviosa
que las
correcciones no entendía,
y él insistía y su voz iba cambiando
de tono haciéndose mas íntima.
Veía las aletas de su nariz palpitantes
me olfateaba como un cazador a su presa
-¿se da cuenta? ¿lo comprende?-murmuraba
roncamente en mi oreja
Le idea de dejar en el mundo
una perdurable huella
llevó a Helena a convertirse
en amante del profesor Arozamena
Le ofreció llevarle a casa
un trabajo rutinario
pero los tres sabíamos que era otra cosa
lo que Helena andaba buscando
La perdida de la virginidad
desde un punto de vista físico
es un acto doloroso
pero un dolor
que tiene sentido,
como librarse de unas ataduras
romper la cuerda que se clava en tu carne,
que aunque luego sentirás alivio
de momento duele al soltarse.
Emplaza a Helena en una casa de citas
a pesar de que los dos eran adultos
iban cada uno por su cuenta
no querían exponerse al publico.
Mantienen relaciones en el despacho
les excita que yo les oiga tras la puerta,
la radio, amortigua los gemidos
pero al profesor le molesta.
Mi sensualidad se desbocó por caminos
hasta entonces para mi insospechados,
me enardecía ver mi desnudo cuerpo
y tenía sueños húmedos y apasionados.
Mi amor platónico por Eduardo
se cargó de violentos deseos.
ensoñaciones que enrojecían
hasta la punta de mis cabellos.
Eduardo quiso alejarnos del profesor
que arruinaba nuestro futuro profesional
sin méritos académicos e impidiéndonos
los disfrutes típicos de nuestra edad.
Helena
compartía conmigo su dinero
cada vez que ella mencionaba
la posibilidad de un romance con su padre
los latidos del corazón me ahogaban.
Helena no supo que fue el amor
por su padre y mi cariño hacia ella,
lo que me llevó a meterme en la cama
del profesor Arozamena.
Que Ricardo fuera un chico soltero
y con piso, fueron las cualidades
que me hicieron elegirlo
para desvirgarme.
Tomé dos copas de aquel orujo
que usaba para dolores menstruales,
oculté que era virgen y sin darse cuenta
venció el obstáculo sin percatarse.
Ofrecí al profesor ir a su casa
para que no dudara de mi intención,
fue el primer amante que compartimos
mi querida amiga y yo
Helena le dijo al profesor
que su padre era mi amante,
no pidió perdón por su indiscreción
ni intentó disculparse
El profesor que en sus expresiones
era brillante además de preciso,
se volvía grosero en la cama
incoherente y reiterativo.
Se preocupaba de mis sensaciones
le afloraba un aire desvalido
que no se le apreciaba nunca
cuando estaba vestido.
Desnudo se le veía delgado
como un niño larguirucho y quebradizo
que sin desarrollar anchuras de hombre
hubiera envejecido.
Arozamena me habló de Benedicta,
la mulata que con 7 años y sin parentela
su padre trajo desde Cuba
tras muchos años de ausencia.
Vive con él en Madrid
desde que murió el viejo,
lo mas seguro es que sean hermanos
y estén cometiendo incesto.
Nos citaba por separado
en una casa de citas
prefería yo el cuarto a las miradas
con que nos obsequiaba Benedicta.
Cada vez con mas mando en la casa
le amenazaba con largarse
a Azpeitia y montar una casa
de comidas con hospedaje.
Le dije al profesor que quería
montar una
farmacia en Brétema
- no sabes mentir, se que lo haces
por estar cerca del padre de Helena,
los amores platónicos o dejan
de ser platónicos o se postergan,
solo los enfermos mentales mantienen
amores que solo existen en su cabeza-
El apego de Helena por el profesor
se transformó en vengativos deseos,
le dijo que volvíamos a la Universidad
descartó cualquier tipo de arreglo:
-hemos perdido 6 años de nuestra vida
y por tu culpa no hemos avanzado,
ni en el plano
académico
ni en el aspecto humano-
Desapareció en él la seguridad
asomaba su parte mas desvalida,
vinculada al niño sin padre y al perro
que murió por salvarle la vida.
Yo sentí una gran pena por todos nosotros,
por el profesor que perdió su amor,
por Helena que quiso dejar huella
pero no lo consiguió,
por Don Atilano que se hizo obispo
por complacer a su madre y ahora
cultiva naranjas agrias en palacio
y el amor no
vivido cantando añora,
y por mi, que
me moriría
con mi único talento enterrado
sin haberme atrevido nunca
a tirar para adelante e intentarlo.
Habló Helena del Físico de la Complutense
y se distrajo de su trabajo el profesor,
el condensador a punto de estallar estaba
cuando quiso enmendar su error.
Él lo cogió el con sus manos
lo encerró en la cámara de refrigeración
como un monstruo deforme de cuerpo hinchado
5 días después Arozamena murió.
Benedicta no se separó de su lado
Helena quería pedirle perdón,
pudo entrar y con su mano desnuda
tiernamente lo acarició.
¿porqué cada una había ido
a enamorarse precisamente
de la persona mas inapropiada
que no puede corresponderle?
LA GUERRA
El 18 de Julio en Ceuta y Melilla
se sublevan los regulares y la legión,
no somos conscientes de la tragedia
estamos sumidas en nuestro dolor.
Zanatismo: estado de paz y quietud
en que desaparecen apetencias y deseos,
solo perdura el afán de diluirse
en la nada sin dolor, por supuesto,
desaparecen las inquietudes
no se anhela ni se teme nada,
yo añoraba mis charlas con el obispo
aquellas tardes durante mi infancia.
Luego llega la sensación de pereza culpable,
cuando tras la añoranza aparece el cansancio,
los quehaceres cotidianos parecen losas
requieren esfuerzos de voluntad titánicos.
Surge luego la depresión,
después llegan fases mas placenteras,
mas tarde un estado de reposo y quietud
y la vida parece mas serena.
Me atraía ser monja enclaustrada o farera
en un faro frente a la inmensidad del mar
alejada de la civilización por rocas inhóspitas
me parecía un paraíso terrenal.
-Desengáñate -me dijo Helena-
si hubieras nacido para monja o farera
la naturaleza que es muy sabia
te hubiera hecho mas flaca y fea-
Galicia se unió a los insurrectos
tras una sangrienta resistencia.
se quemaron iglesias y se mataron
a gentes de izquierdas y derechas.
Asturias se mantiene fiel a la república
Eduardo desconfiaba de los dos mandos
Pedro le insta a apoyar el alzamiento
Carlos se une a los republicanos
¡Abajo los obispos rojos!
escribían en el palacio de Don Atilano
los camisas azules cantan el cara al sol
en lugar de luchar como soldados
Aviones republicanos bombardearon
el ferrocarril para entorpecer el envío
de armas al frente de Asturias
y derrotar a los subversivos.
En represalia los falangistas
prendieron a librepensadores,
a los tertulianos de Don Evaristo
los llevaron por la calle a empujones,
les obligaban a arrodillarse gritando
¡Viva Cristo Rey, Arriba España!
Les arrojaban
carajones de caballo
a la cara y los
fustigaban.
Don Evaristo se negó a obedecerlos
y a rastras se
lo llevaron
hasta la plaza de la catedral
le impidieron acogerse a sagrado.
Empezaron a tirarle piedras
sin que nadie se atreviera a defenderlo,
le alcanzaron en la frente y en la boca
le gritaban “de rodillas ateo”
Surgió Don Atilano, se hizo silencio,
dijo: -dejad a este hombre en paz
malditos las personas que usan
el nombre de dios para matar-
Convirtieron al boticario en polémico
unos alababan su valor y dignidad,
otros veían en su actitud obstinada
obcecación y mala voluntad.
Por temor a ser los siguientes
muchos no se atrevieron a criticar,
y sus contertulios lamentaban
haberse dejado humillar,
Dijo el boticario; -mas vale morir
con honra que vivir con vilipendio-
hubo muchos que justificaron
que quisieran darle un escarmiento.
A nadie le sorprendió que el día
que volaron un cuartel los republicanos,
apareciera Don Evaristo
en el patio de su casa ahorcado.
Algunos decían que por temor
a las represalias se había colgado,
pero quienes lo conocíamos
sabíamos que lo habían matado,
pues no había carta para el juez
con sus últimos mandatos
y un hombre tan digno como él
para matarse se
hubiera calzado .
El obispo no fue al entierro,
Don Evaristo no quería curas en él,
yo fui por solidaridad con el gremio
porque él había sido lo que yo quería ser.
Falangistas nos dijeron: -ahora las sobrinas
del obispo van a entierros de los ateos,
a algunos aristócratas vamos a tener
que darles un buen escarmiento-
Helena replicó: -y a algunos cobardes
al frente va a haber que mandarlos
donde están los hombres, no como
las gallinas bien lejos y cacareando-
Los falangistas estaban furiosos
el cabecilla intento detenerla:
-te voy a demostrar lo hombre que soy-
mi patada le alcanzó en la entrepierna
Cuando el mundo se hunde alrededor
y la muerte se convierte en algo cotidiano,
saltan las barreras que construimos
para protegernos y ampararnos,
para evitar que las pasiones nos avasallen
y nos hagan la vida posible,
o para liberarnos de las ataduras
que cumplir nuestros sueños impiden
En Bretema paseaba con Eduardo
me ayudaba a saltar arroyos y setos,
me impulsaba y me frenaba
para que aterrizase junto a su pecho.
Me confesó: -te necesito Blanca-
entendí que su mundo se hundía,
sus hijos luchaban en bandos opuestos
por ideales que él no compartía.
Estábamos en la biblioteca
no sé quien dio el primer paso
solo sentí su boca en la mía
y su cuerpo entre mis brazos,
el mundo estalló de golpe
en un remolino de centellas,
que giraban vertiginosamente
que se tragó el pazo y la biblioteca.
Llegaban camionetas con gente del frente
quisiera cambiarme por cualquiera de ellos
los sacaban de los camiones con las caras
tapadas con
mantas, muertos.
No podía pensar en nada
solo deseaba morir
-vámonos al frente- dijo Helena-
no me opuse, cuando me arrastró de allí.
Mi padrino lloraba cuando supo
que iba de enfermera al frente,
si dios te llama por ese camino
yo no puedo retenerte.
Recuerdo con nitidez los años de guerra
pero desordenados e inconexos,
El Legionario, El Pipiolo y Germán
desencadenaron nuestros sentimientos.
Era nuestra
existencia antes
un abanico de posibilidades abiertas,
después se cerró el horizonte
cubierto por la cenizas de la guerra.
Se disfruta con cosas triviales
cuando se ve la muerte tan de cerca,
te alegras de beber agua
si has estado horas sedienta,
y te anima el piropo de un herido
mientras le curas, porque piensas,
que tu puedes
ser la próxima
y no hay lugar para la tristeza
Llegamos al hospital del frente
en un coche cargado de falangistas,
se nos unían en los controles al presentar
el certificado de curso de enfermería.
El médico se llamaba Germán
había heridos hasta en el suelo
que se iba llenando de charcos de sangre
y olor a sudor y excrementos.
Nos dijo: -si vais a desmayaros
salid afuera, no vayáis a caeros
sobre los soldados heridos
y tiréis las botellas de suero.
Hacéis estupendos vendajes
mas si aprendierais a hacerlos
con la décima parte de vendas
serían perfectos-
Había nacido cerca de Brétema
en una pequeña aldea
él era ayudante de Don Higinio
su hermana era
la maestra
Los rojos avanzaron hasta Somiedo
el cura y el médico fueron quemados
remataron en su cama a los heridos
a tres enfermeras apresaron
les pidieron que gritaran
“Viva Rusia” con el puño en alto
cuando gritaron “Viva España
y viva Cristo Rey”, las fusilaron
-Que estupidez -dijo Helena-
eran como
nosotras, de España-
Era dignidad mas que creencias
nadie te debe obligar a dar !vivas!
A España, a Cristo Rey o a Rusia
para salvar la vida
porque eso te despoja de tu dignidad
y de la necesaria autoestima
para que vivir valga la pena
con la mirada digna y la cabeza erguida
Los falangistas agresivos
nos denuncian a la comandancia.
No sabíamos lo peligroso que era
decir lo que uno pensaba,
con los años aprendimos a callarnos.
Para escapar de represiones y venganzas
pedían los hombres ir al frente
y así ocurría que te los encontrabas
combatiendo en un mando
con cuyas ideas no simpatizaba,
de donde menos imaginabas surgía
una solidaridad inesperada,
ayudas a prisioneros pero también
delaciones insospechadas.
Llegando a la comandancia
alguien nos susurró: negadlo todo
no digáis mas palabras que
“no se, no vi,
no conozco”
El coronel, amigo de Eduardo
nos había oído hablar en ingles
por lo que nos quiso de interpretes
para traducir las noticias de la BBC
LEGIONARIO
Veterano que estuvo en África,
durante algunos años su vida
fue tan poco edificante
que nunca a ella se refería.
Portaba una cruz laureada
como escondida en la mochila,
era peligrosamente valiente
eso, todos lo reconocían.
A pesar de la CRUZ ROJA pintada
cayeron granadas por todas partes
nosotras ni disparábamos ni delatábamos
intentando permanecer neutrales.
Podías ser republicano o socialista
y luchar con el ejército de Franco,
o ver en Franco un salvador de la patria
y estar en el bando republicano.
Tenías licencia para estar en un bando
y odiar las ideas que defendían,
podías incluso desear su derrota
pero ser neutral no se podía.
PIPIOLO
Era quinto del 36
que pasó de labrar la tierra
en una aldea tranquila
a pegar tiros en la trincheras.
Se hizo amigo del legionario
tal vez porque los extremos se atraen
el experto y el novato
fueron como uña y carne.
Le hizo prometer al legionario
que si le sobrevivía
dejaría bien marcada su sepultura
para que pudiera encontrarlo su familia.
Resulto herido el Pipiolo
quisieron darlo por fallecido
es inútil curar las heridas
de quien ha marcado el destino
-colócalo con los muertos-le dijeron.
El Legionario lo puso con los heridos
-puede que lo mate una bala-se dijo-
pero no lo enterrarán vivo-
Iba a visitarlo cada día
a pesar del cansancio y el riesgo,
le contaba las novedades
vigilaba su botella de suero.
Cuando abrió los ojos el Pipiolo
y vio el rostro de Helena tan bello,
la confundió un Ángel divino,
se creyó muerto y en el cielo.
El Legionario la miraba de un modo
que a mi me temblaban las piernas
el episodio fue conocido
mas allá de las trincheras
Le dieron permiso al Pipiolo
para ver a su familia en el pueblo,
Helena se fue con él y se amaron
en un cuarto con un catre modesto,
pasearon ilusionados,
se hicieron fotos de recuerdo,
ocultó a su novia el permiso
y no apareció por el pueblo.
Las enfermeras desconcertadas
no entendían que la hija de un marqués
fuese con un chico sin ser su novia
y sin estar enamorada de él.
Llegó una carta para Helena del Pipiolo
-no olvidaré aquellos días -le decía-
si lees esto es que me han matado
pero te esperaré en la otra vida-
Germán se dedicaba a los demás
con naturalidad y sin ostentación,
era la persona que te da confianza
de quien te crees una recomendación.
A Helena también le atraía El Legionario
su desprecio por la muerte, su valentía,
lo que imaginaba en sus fantasías sexuales
y lo poco que esperaba de la vida,
Mientras los demás descansaban
el iba al puesto de socorro a verla,
todos lo sabían y los dejaban solos
luego volvía a las trincheras.
Trasladaron su bandera
para el asalto definitivo a Gijón
sabían que no volverían a verse
-Adiós Ángel- Legionario, adiós-
Con las pertenencias del legionario
Helena recibe un paquete del frente
deja dispuesto que repartan
sus pertenencias entre los supervivientes,
que las condecoraciones obtenidas
se las hagan llegar a Helena,
y una medallita de oro que ella
decide enrollarse en la muñeca
El hijo del chofer de Eduardo
es pillado haciendo sabotaje
le interrogaron, le torturaron
y lo dejaron desangrarse.
Sin juicio ni confesión de culpabilidad,
no fue ajusticiado sino asesinado,
dijeron que murió al estallarle
un fusil que
estaba revisando.
Con mal sabor de boca y desconfiando
de todos volvimos al frente
sin ponernos de acuerdo sobre si el chico
había sido un traidor o un héroe.
Delataron a Antón cuando bajaba
del monte para ver a su esposa y niñas
lo acorralaron en la plaza del seminario
apostaron
guardias en las cuatro esquinas
Al amanecer no lo encontraron,
escapó ayudado por el obispo,
-tenga cuidado eminencia, una cosa
es caridad y otra encubrir asesinos-
GERMÁN
Luchó Germán hasta el final
por Cecilia aunque Don Higinio
se desentendió pronto de ella
al ver que el caso estaba perdido.
Enamorado de aquella mujer, no pudo
salvarla y renegó de la medicina,
estuvo a su lado hasta q murió y luego
abandonó la especialidad de cirugía,
En comandancia destruyeron
nuestra denuncia y la de Germán
pero la gente del pueblo tiene memoria
les cuesta demasiado olvidar.
Habían visto al médico
en mítines del frente popular,
no quiso volver a Brétema
para no crear malestar.
Nuestra labor era humanitaria
ejercíamos con criterio geográfico
si nos hubiéramos quedado en Madrid
nuestro puesto de socorro sería
republicano
Germán se
resistía a Helena
cualquier hombre se sentiría halagado
de que aquel ángel caprichoso
se empeñase en conquistarlo.
Ella le echó los brazos al cuello
con una llave de yudo lo tumbó,
si hubiera sucedido al revés diríamos
que se había cometido una violación.
Cuando la persona dice una cosa
y su cuerpo lo contrario
se debe atender a la persona
aunque el cuerpo esté disfrutando,
si una mujer rechaza a
un hombre
y este usando la fuerza la goza
tiene derecho a sentirme violada
aunque le haya transportado a la gloria
Germán: -no quiero ataduras Helena-
ella le respondió: -ok jefe
no he pedido que me quieras
sino que me dejes quererte-
-La batalla del Ebro decidió nuestros destinos
y fue cerrando
un abanico de posibilidades,
matan al padre de Germán como a todos
sacándolo por la noche a la calle.
Simulan un intento de fuga
para poder dispararle
lo dejan en la tapia del cementerio
donde tantos compañeros yacen.
Llega noticia de la desaparición de Carlos
pero habiendo tantos prisioneros,
Helena cree que su hermano
bien puede estar entre ellos.
Si yo lo hubiera querido a él
y no a su padre, estaría vivo,
pues no se hubiera alistado
estaríamos casados y con niños
pero no pudo competir con su padre
para ganarse mi cariño
Germán se pasó a los rojos
cuando el triunfo de Franco era inminente,
decidió que el final de la guerra le pillara
en el bando en el que había querido estar siempre.
Les pidió que no mataran a los heridos y aceptaron
pues no quisieron despreciar en su repliegue
un médico cirujano
con tanta experiencia en el frente.
El testimonio de uno de los heridos
salvó a Germán de la pena de muerte
cuando perdieron la batalla
y lo juzgaban por rebelde.
No lo condenaron por traidor
sino por su pasado socialista,
solo cinco años de cárcel
fue una sentencia bastante optimista.
Temiendo una condena a muerte
nos pareció una insignificancia,
pero te das cuenta de la larga condena
cuando vas contando los días que faltan
Al acabar teníamos 30 años
nos habíamos hecho mayores
con ilusiones perdidas y la amargura
de no compartir el gozo de los vencedores
Las acusaciones contra el obispo
por ayudar a gente de izquierdas
y proteger a los maquis lo convierten
en una presencia incómoda y molesta.
La jerarquía eclesiástica decide
para evitar mayores males
que se recluya en un monasterio trapense
donde pasará el día sin ver a nadie.
Eso era peor que las enclaustradas,
todos estábamos horrorizados,
-me vendrá bien un poco de silencio-dijo
después de 3 años tan agitados-
Don Atilano regaló su anillo a Helena
ella siempre lo llevaba en la mano,
escribía con la pluma de Arozamena
en la muñeca, la medalla del legionario,
la foto del Pipiolo en la cartera,
no quiso desprenderse del coche de Carlos.
Era como si tomase sobre si el peso
de mantener a aquellas personas vivas,
ya que no habían podido dejar
una huella perdurable por si mismas.
A mí me dio su
precioso reloj
la víspera de su partida
saldría hacia el convento tempranito
no quería amargas despedidas.
No pudimos respetar su deseo, me quedé
bajo los soportales para verlo de lejos
la gente quería despedirlo
muchas ventanas se iban abriendo.
Las campanas de la catedral
rompieron el silencio, se escucharon
5 lastimeros
tañidos que anunciaban
que el fallecido era Don Atilano
En el entierro se respiraba un gran duelo
entre quienes lo queríamos y lo admirábamos,
no faltaron quienes en vida
lo habían criticado y condenado.
La iglesia volcó en el sus galas fúnebres
demostrando su poder frente al estado,
como si dijese: solo nosotros podemos
juzgar a los nuestros y desterrarlos,
el hijo rebelde ha muerto y la iglesia
lo acoge de nuevo en sus brazos.
Estaba haciendo la maleta
cuando sintió en su corazón el fallo,
pienso que el Fámulo no le dio los remedios
que otras veces lo habían salvado,
porque durante los funerales, con cara
de satisfacción me dijo: no llores
está mejor ahora que donde lo llevaban
les ha hecho un corte de mangas a esos cabrones
En mis reacciones con Eduardo
comprobé con tristeza
que seguía turbándome
cuando estaba en su presencia
Planeó un viaje por Europa
para arrancarnos esa pena
pero Alemania invadió Polonia
y nos arrastrarían a la contienda.
Decidió que el destino sería América,
suponía años de exilio este viaje,
había que tomar importantes decisiones
y yo decidí quedarme.
Eduardo siguió ocupándose
lo todo lo relativo a mi estudios,
revocaron los avances de la república
me esperaban años represivos muy duros.
Volvió a insistir antes de irse:
-vente con nosotros Blanca
-¿en calidad de que?- Le pregunté
-de lo que quieras, no te forzaré a nada
de lo que puedas arrepentirte ni aprovecharé
tu soledad para inclinar a mi favor la balanza
hacer otra cosa sería
mas propio de un canalla,
solo puedo ofrecerte mi nombre
no me concederá
el divorcio Cristina,
sus creencias religiosas se lo impiden
no le importa lo que haga con mi vida-
-Esperaré a que salga Germán de la cárcel,
mientras, acabaré farmacia,
abriré una botica tendré una tertulianos
escribiré un libro sobre las plantas-
Helena fue a ver a Germán
salió muy decepcionada,
-no es a mí a quien quiere
es a ti Blanca a quien ama,
carece totalmente de ambiciones,
conversará contigo en la botica,
se quedará en el pueblo a ayudar
a nacer a los hijos de las campesinas,
os quedareis en este valle perdido rodeados
del tañer de las campanas,
de frailes de clausuras,
de monjas enclaustradas-
Transcurridos los 5 años
se abrió la puerta de la cárcel,
apareció un figura larguirucha y flaca
su hermana Amelia atravesó la calle.
Él me buscó con la mirada
yo corrí hacia sus brazos abiertos
-ya nada podrá separarnos- le dije-
y le regalé un “te quiero”
Le prohibieron ejercer como médico
no fui su esposa, sino su novia eterna
mantuvimos nuestras casas no queríamos hijos
ni creíamos en el placer de la convivencia
Me molestaba someter a Germán
pues para estar con la mujer que quería
no le obligarían
a pasar por la iglesia.
Era feliz con mi farmacia y al caer
la tarde con mis charlas de ateos,
había incluso estudiantes universitarios
que dialogaban con los mas viejos.
De la tertulia salio la idea
de publicar un libro de plantas
para poder dedicarme al catálogo
contraté de manceba a Amalia
le habían quitado la plaza de maestra
porque la hija y hermana
de socialistas no debía tener a su cargo
la formación de los hombres del mañana.
Me gustaba hacer experimentos
cuyo efecto yo misma probaba,
lociones para la caída del pelo
perfumes de olorosas fragancias,
incluso saque beneficio
de mis desmañados errores
logrando un ungüento que cura
la falta de erección en los hombres.
Helena me llama por teléfono
yo prefiero escribirle cartas
vamos a América a presentar
mi libro de “medicinales plantas”
Ella se encarga de nuestro alojamiento
invita también a Amalia
yo no puedo pagarlo pues vivimos
los tres de lo que da la farmacia
Helena me pregunta si con Amalia me acuesto
porque sospecha que es lesbiana,
tal vez por su aspecto asexuado
provinciano soso y sin gracia.
Lo bueno que nos sucede en la vida
proviene exclusivamente de tu trabajo
ya sea estudiar energía atómica
ya sea defender a marginados,
es importante acertar en la elección
porque todo lo demás
a partir del momento de plenitud
solo se puede empeorar,
las relaciones se deterioran,
los seres queridos desaparecen,
todo va desembocando
en enfermedades y muerte
Eduardo vino a Madrid a morir
no quiso que lo viera enfermo
llore su muerte como la del obispo
como mi mas leal consejero
El éxito del libro se debe
a la eficacia de las recetas,
hierbas para dormir, afrodisiacos,
perfumes cremas de belleza.
La información sobre plantas abortivas
prohibieron el libro en España
Helena se encargó de las gestiones
para publicarlo en EEUU y Francia.
Me pidió que escribiera nuestra historia
no entendí que, para una biografía
me eligiera a mi y no a cualquiera
de sus amigas yanquis feministas
Era una benefactora de la humanidad
defendiendo derechos de gente inadaptada,
ya tenía una cátedra con su nombre
en una ciudad americana.
Me dio unos consejos a tener en cuenta:
-expresa siempre la verdad
relata incluso aquellas cosas
que hicimos tan mal,
no esperes mucho para escribirlo
pues chochearás cuando te hagas vieja,
habrá cosas que se te olviden
de esas que
merecen la pena,
pregúntame lo que quieras,
ahora es el mejor momento-
yo ignoraba que al reloj de su vida
se le estaba agotando el tiempo.
Lo sabía todo sobre ella,
que disfrutó con Germán en la cama,
que solo con el llego al orgasmo
sin necesitar que la maltrataran.
Se empeñó en que me hiciera un chequeo
me dijo que muchas personas
padecían diversos tipos de cánceres
por estar en contacto con energía atómica.
Recordé cuando tocó a Arozamena
contaminado él por la radiación,
quise acompañarla en sus últimos momentos
pero no me lo permitió
-te necesito para vivir, no para morir
y me aterra la sola idea
de morir aferrada a tu mano
queriendo prolongar tu presencia.
Prefiero estar sola
lo tengo todo dispuesto
el sanatorio para los últimos días
los objetos personales, el testamento.
voy a despedirme de Germán -dijo-
le sugerí que lo esperara en casa
-viene a cenar cada noche
al final de la jornada-
Fue tajante en su negativa
prefirió verlo en su consulta
con camillas cómodas en las que
dar rienda suelta a su última locura.
Germán me llamó para decirme
que no lo esperase, que tenía trabajo
que no vendría a casa esta noche
me alegré en el
fondo a pesar del llanto.
Pregunté -¿Helena,qué tal ayer?
Respondió: -un poco incómoda la camilla-
en el fondo me alegré de que aquella golfa
hubiera gozado con el amor de su vida.
Nos abrazamos muy fuerte
hundió su cabeza en mi cuello,
su pelo a pesar de las canas
sedoso como siempre seguía siendo.
Creo que ha valido la pena
que es positivo el balance de nuestras vidas,
pues bien mirado en el fondo del caos
gozamos de una recóndita armonía
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