Pues bien, lo dicho, terminamos con el autor egipcio Alaa Al Aswany, desconocido hasta la fecha y con su gran novela El edificio Yacobián.
Sorpresa y admiración por la valentía del autor, ya que no deja títere con cabeza en la sociedad egipcia, que conoce bien, a riesgo de su propia vida, dado que los temas tratados con tanta claridad como son la homosexualidad, la corrupción política y social, la prostitución, el aborto, la religión, la discriminación de clases... Se podría decir que la novela integra perfectamente los siete pecados capitales, salvando la pereza.
Las reuniones del Club, para ser el último mes, con los calores, los compromisos sociales y laborales de la época, no se han comportado nada mal. Animadas y participativas, llegando a la conclusión en afirmar la valentía del autor, la crudeza de los hechos relatados y la singular forma de formar los capítulos del libro, que hacen que la lectura sea impulsiva, agresiva y excitante.
Y llegados a este punto excitante, la parte sensual de la obra, que la tiene, fue la única que creó algo de controversia en las reuniones, agrandando la finalidad del Club de Lectura con puntos de vista diferentes, respetables y sinceros.
En resumen, una obra natural, sin conservantes ni colorantes, ni aditivos de sabor, color o textura. Cruda y real como la vida misma, muy actual y apta para todos los amantes de la buena literatura.
Y ahora la ficha.
TITULO DEL LIBRO: EL
EDIFICIO YACOBIÁN
AUTOR: ALAA AL ASWANY
(EL CAIRO, EGIPTO, 1957)
ARGUMENTO: La disección de la sociedad egipcia de finales del siglo XX a través de
los habitantes de un singular edificio. Ricos y pobres, hombres y mujeres,
musulmanes y cristianos, viejos y jóvenes, corruptos y honrados, ambiciosos,
truhanes, soñadores, apasionados, inconformistas, forman el elenco de esta
novela que nos conduce página a página a un mundo sorprendente, crudo, real y
sin tapujos. Siguiendo a cada uno de los personajes nos daremos cuenta del
actual estado de una sociedad que bien se podría extrapolar a cualquier país
occidental, donde por encima de todos los valores éticos y morales está el
poder, la corrupción, el dinero y en este caso también la religión. El viejo
playboy Zaki el Desouki, la joven Busayna, el ambicioso Hagga Ezzam, el
cosmopolita homosexual Hatem Rachid y el
joven musulmán Taha Shazli, son algunos de los “inquilinos” de cuya mano el
autor nos va mostrando sus vidas.
VALORACIÓN: Pese al formato pequeño de la edición, no hay ningún problema para
devorar con avidez esta novela. Sus apena 260 páginas vuelan literalmente en
las manos del lector, quien se ve abducido por el edificio Yacobián y sus
moradores, formando parte de la trama. Una narración valiente, directa, sin
miramientos, llamando a las cosas por su nombre pero sin saña. Un relato
sencillo que sin darte cuenta te sorprende por su claridad, crudeza en la forma
e impactante en el fondo. Punto y aparte merece hacer mención de la curiosa
forma de narrar del autor, yendo de aquí
para allá, de personaje en personaje, de escena es escena, creando un ritmo
endiablado. Se la califica como RESERVA.
Al reseñar nuestra última tertulia literaria nuestro portavoz olvida otra importante crítica a este libro: no solo hubo disensión respecto a la valoración del lenguaje utilizado en las escenas eróticas(almibarado según mi opinión), sino también respecto al final de la historia de dos de sus protagonistas y a su vez del libro, final poco creible y melifluo en contraposición a la dureza del desarrollo de las demás tramas de esta historia.
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