Muchas gracias por tu participación.
DISFRACES TERRIBLES
Ariel Lenormand
crítico francés
encargado
de escribir la
biografía
de un escritor
afamado,
se traslada hasta
París
para sumergirse en la
vida
de Raúl de la Torre,
poeta, cuentista y
novelista,
para entrevistarse con
todos
aquellos que lo
conocieron,
su editor André, sus
amigos,
y Amelia...su alter
ego.
AMELIA
Raúl y yo fuimos
felices,
tenía él sus
chaladuras,
en la cama funcionamos
como personas adultas.
Si mi esposo no me
atendía
como pedía mi cuerpo,
buscaba sexo en otros
hombres
que mitigasen mi
fuego.
No es bueno traer el
pasado,
despertar nuestros
recuerdos,
sale mucha porquería
cuando se remueve el
cieno.
¿Porqué tuve que
conocerle,
porqué tuve que
enamorarme?
Forjé yo un camino de
rosas...
lo cubrió él de
deslealtades.
ANDRÉ
André es el editor
de Raúl de la Torre,
publica sus poemarios
sus cuentos y
narraciones.
Secretamente enamorado
del escritor
argentino,
-¿para cuando una
novela?...
le apremia siempre a
su amigo
-son meses de arduo
trabajo,
es demasiado
sacrificio-
Amelia sorprende a
Raul
con una novela que ha
escrito.
Su título “Amor a
Roma”
todo el testo es un
palíndromo,
ella...que esta
especializada
en escribir libros
para niños....
Cual ladrón en noche
oscura
se la apropia sin
permiso,
para la ocasión le
envía
un soberbio vestido.
En un hotel de gran
lujo
le cuenta lo sucedido:
-el contrato está
firmado
y cobrado el anticipo.
Horrorizada comprende
que el hombre de su
vida,
el que ha amado tantos
años
está intentando
destruirla.
En un monstruo se ha
convertido,
ambicioso, calculador,
sagaz, egoísta y frío,
distante, cruel,
conspirador...
Amelia escucha con
amargura
las alabanzas del
libro
las críticas lo
ensalzan:
“es lo mejor del
argentino”
Llega “De La Torre Al
Cuadrado”
otra novela...la
segunda,
vuelve Raul a
engañarle
la publica como suya.
Cuando escribe la
tercera
es ella quien la
muestra a André,:
-está escrita por tu
esposo...
no te la publicaré.
Como se marca a un
caballo
los había marcado a fuego
para que todo el mundo
sepa
que André y Amelia
tienen dueño.
-He empezado a
colocarme
en la situación
subalterna
que otorga derecho al
otro
a usarte como
prefiera,
me manipula a su
antojo
su voluntad y
desvaríos,
me da placer o me lo
quita
al dictado de su
capricho.
Unos meses mas tarde
Raúl decide
abandonarla,
sin un motivo aparente
se desposa con Amanda.
RAUL
Su deseo por Armand
fue un tirón
implacable,
que le sacó del reposo
de su vida para
echarle,
de cabeza a un frío
río
del que no pudo escaparse,
lucho a brazo partido
y acabó ahogándose.
Enamorado como un loco
dio rienda suelta a
sus caprichos,
Armand le traiciona
haciendo
unas fotos sin
permiso.
Callaré esperando el
momento
en que lo que ahora me
mata
y me da vida quede
atrás
y carezca de
importancia.
¿Qué haré si mis
lectores
se ríen a mis espaldas
por entregarme a un
hombre
como vulgar cortesana?
La vergüenza es
excesiva
cuando de Armand me
alejo,
y vuelvo a ver la vida
lejos de su bello
cuerpo.
Con las fotos le
chantajea
la espía rusa, Amanda,
debe casarse con ella
y suscribirse a su
causa.
Lo exhibe como si
fuera
un lindo mono de feria
lo maneja a su antojo,
pero él sigue teniendo
a Amelia.
-Hauteclaire, te
necesito,
Amanda es tirana y me
aterra
prefiero perder la
vida
que vivir al lado de
ella.
La conciencia del
deber
da mordiscos
interiores...
cuanta pérdida de
tiempo
desenredando amores.
-Mi corazón, sin
consultarme
decidió echar a volar,
como halcón hacia su
dueño,
no logré hacerlo
regresar.
Amanda se precipita
por un profundo barranco,
pero no fue un
accidente...
pues los frenos le han
cortado.
Te concede a veces la
vida
tus deseos mas
oscuros,
y debes cargar con la
culpa
hasta dejar este
mundo.
Tras verse libres de
Amanda
intentan un
acercamiento,
pero ya nada es lo
mismo,
su complicidad, ha
muerto.
Siguen siendo buenos
amigos
pero no comparten
lecho,
los dos sospechan que
el otro
quitó a Amanda de en
medio.
El vínculo que los
unía
parece que se ha roto,
harta de mudos
reproches
Amelia se casa con
otro.
Raúl vuelve a estar
solo,
se declara homosexual,
enfrentándose a su
público
sin tener necesidad.
HERVÉ
Hervé, joven de 20
años,
bien podría ser su
nieto
¡el amor es entre
personas
no entre fechas de
nacimiento!
-no es el hombre de mi
vida,
pero es el hombre del
momento,
el que llena mi hoy de
alegría
y abate mi
desconsuelo.
Cuando Hervé cae
enfermo
él no se atreve a
cuidarlo,
tiene terror a la
muerte
y sobre todo, al
contagio.
Su ángel de la guarda,
Amelia,
como el buen
samaritano,
vela a Hervé en su
agonía
sosteniéndole en sus brazos.
Amelia se siente
dolida
¿porqué se perdió el
encanto?
¿porqué nos seguimos
hiriendo
si nos necesitamos
tanto?
-Aunque tú seas el
oasis
al que yo deseo
tornar,
sería volver al
desierto
después de haber visto
el mar.
Raúl le pide a su
esposa:
-Amelia, si aún me
quieres
ayúdame a suicidarme,
tu podrás porque eres
fuerte,
yo tengo ya la pistola
pero al ponerla en mi
sien,
no tengo el valor
suficient...
yo soy débil
Hauteclaire.
Con el corazón en un
puño,
por el amor que aún
siente,
acepta ser su verdugo,
cuando él quiera, le
dará muerte.
Raúl le ofrece su
cuerpo
-será mi último
regalo,
sé que debo
compensarte
por el daño que te he
causado.
Después de tantos años
de admirarlo desde
lejos,
de saber que ya no es
suyo,
luchando están mente y
cuerpo.
Quiere entregarse a él
como una última
despedida,
se abandona entre sus
brazos...
su mente perdió la
partida.
Sus pieles se
reconocen...
estos años de
abstinencia
no han mermado en
Amelia
sus pasiones ni
apetencias.
Amándose y odiándose
con igual intensidad,
se da cuenta de la
farsa
cuando llegan al
final.
Amelia decepcionada:
-¿porqué me quiere tan
mal?
¿Porqué quiere matarme
contagiándome su mal?
Raúl no sabe estar
solo,
cuando la soledad
acosa,
pasa unos días con
André
o en casa de su
ex-esposa.
En los dos hogares
tiene
una habitación
reservada,
sabe que es bien
recibido
y se siente como en
casa.
Raúl lleva una maleta
a casa de Yves y
André,
donde oculta
documentos
que tras su muerte
deben leer.
Todo está ya
preparado,
y la manuscrita carta
descansa ya en el
bolsillo
interno de su
americana.
Cuando Amelia descubre
que hay una segunda
carta,
donde le acusa de su
muerte,
su mundo interior
estalla.
Escribe a máquina otra
carta
con el texto de la
primera,
cuando le de el tiro
de gracia
la dejará sobre la
mesa.
ARIEL
Amelia le ofrece a
Ariel
una “Velada Rauliana”
en el mismo hotel de
lujo
con su vestido de
gala.
Después de las
confidencias
finalizan la velada
como adolescentes
saciando
sus urgencias en la
cama.
-Me enamoré de una
mujer
de mas de sesenta
años,
si no pude ser el
primero,
seré el último en su
ocaso.
Temo que Amelia me
rechace,
temo también lo
contrario,
ya no es la mujer de
Raúl,
es la persona a quien
amo,
sé que la busco en
otras
mujeres a las que
abrazo,
quiero perderme en sus
ojos...
deshacerme entre sus
manos...
¿pero instalarla en mi
vida?...
no sé si estoy
preparado
para aceptarla en
público
como la acepto en
privado.
La maleta de Raúl
lleva diez años en el
trastero,
cuando Ariel la abre
encuentra
varias cartas y
documentos:
-Bajo el coche de mi
esposa
yo vi a Amelia aquel día,
sé que le corto los
frenos
por librarme de esa
arpía.
Estuve bajo sospecha
de asesinar a mi
esposa,
quiero para ella lo
mismo,
que sufra por unas
horas.
Pero quiero dejar
constancia
que no intervino en mi
muerte,
solo yo soy
responsable,
Amelia es inocente.
Si alguna vez en mi
vida
te hice daño,
Hauteclaire,
sinceramente me
arrepiento,
juro que fue sin
querer.
Y tú, André, fuiste el
primero
al que pedí que me
ayudara
tú, que decías
quererme
me diste vilmente la
espalda.
Te llamé siendo
consciente:
-si André acude a mi
llamada,
me ganará para
siempre...
seré suyo en cuerpo y
alma
Si supierais (piensa
André)
que al recibir su
llamada,
mi corazón salió en su
busca
como alocada fulana...
Fui yo, quien cortó
los frenos
del deportivo de
Amanda,
para quitarle de en
medio
a quien tanto le
dañaba.
Si supierais (piensa
Amelia)
que yo acudí a su
llamada,
dispuesta a lo que me
pidiera
para tranquilizar su
alma...
Amelia se sabe enferma
y rechaza el
tratamiento,
-quiero morir
dignamente
y apurar cada momento.
La idea de que la
muerte
no me traiga la
libertad,
me produce
desasosiego,
me aterra y me roba la
paz.
Leeré la biografía,
le daré mi “visto
bueno”,
callaré lo más oscuro
no empañaré su
recuerdo.
La biografía está
escrita
y llega la
presentación,
Ari busca entre el
público...
¿porqué Amelia aún no
llegó.
Queriendo ahorrarse el
mal trago
André le informa de la
muerte
de Amelia...estaba
enferma,
nos abandonó hace unos
meses.
¿Porqué no me lo dijo?
no pude ni despedirla,
¡que vacío tan
tremendo
perdí el amor de mi
vida!
Meses mas tarde
Ariel vuelve a París,
y visita a sus amigos,
ellos le ven tan
feliz...
Enseñándoles un libro
les revela una
sorpresa:
-es un póstumo
homenaje
a la inolvidable
Amelia.
Estais en duda con
ella,
y si existe justicia
debe el mundo
conocerla
como virtuosa
novelista.
Los fantasmas no
alcanzan la paz,
pues no pueden
desligarse
de lo que les angustió
en vida,
de sus actos
miserables.
Vivió Amelia su otra
vida
con Raul y sus
fantasmas,
pero las brujas no
temen
a espectros de caras
blancas.
Cuando anochece tu
vida
comprendes que a
menudo
es forzosa la mentira
en éste farsante
mundo.
Los secretos son una
carga
que todos vamos
arrastrando
para no entorpecer el
camino
de las personas que amamos.
En ésta hipócrita vida
ocultamos las
verdades,
los embustes y
miserias
bajo muy bellos
disfraces.
*********
ELIA BARCELÓ