miércoles, 9 de mayo de 2018

EL RINCÓN DE PILAR

A este paso me va a ganar. Hace Pilar su trabajo con tanta eficacia que me saca los colores. Casi ni pongo yo la entrada de la novela y ya tenemos aquí, hace tiempo que me lo mandó, su versión "versolada".
Muchas gracias y a seguir.


BLANCA

La tisis le deja sola en el mundo,

un tío abuelo cura le ampara,

olía al calor de la chimenea

 encendida en la estancia.

Las amas le colman de mimos  y besos,

le toma bajo su protección el Sr Obispo,

le manda a un colegio donde solamente

van las niñas de papás ricos.



Sus necesidades afectivas

sin traumas se van desarrollando,

sus recuerdos mas gratos están unidos

a la persona del Obispo y su palacio.

Todos los jueves por la tarde

apenas cumplidos los 7 años

recorre largos corredores hasta llegar

 a los aposentos de Don Atilano.

Merendaban, té para el señor obispo,

para la niña chocolate con pastas,

el  escucha con atención suma

las novedades que ella le narra.

Acabadas las confidencias

pone música y  la melodía mana

del obispo de forma tan natural

como si estuviera viendo lo que canta.

Intuyó Don Atilano un día

que ya le había venido la regla,

le dijo: -no son ciertas  las tonterías

que has escuchado sobre este tema,

eso de que no puedas comer ensalada

o que se te corta la mayonesa,

puedes y debes seguir con tu vida

y lavarte cuanto quieras-

Le prende amoroso del hombro

cuando a la puerta le acompaña,

todavía resuena en el aire la melodía

 del brindis de “La Traviata”.



El colegio era un campo neutral

donde mis cualidades personales

y mi educación exquisita

compensaban mis carencias sociales

La orfandad predispone a la gente

a mi favor, mi figura pálida delgada,

y mis  ojos grandes y negros

de melancólica mirada.

Tenía yo un sentimiento de privación

por no tener cabellera dorada,

Helena era rubia de ojos verdes

las dos cosas que yo envidiaba.

Me gustaba su forma de vestir, moverse

de mirar y escuchar las explicaciones

la desenvoltura de su saludo

su esmero con horarios y obligaciones.

El obispo decía que la envidia

era el dolor ante el bien ajeno

empequeñece el alma de quien lo alimenta

es un mezquino sentimiento

Eramos de las pocas chicas

del colegio que soñábamos

 con una carrera universitaria

y no con casarnos y ponernos de largo.

Don Atilano me recomienda “Farmacia”

por cuestión de tipo práctico,

acepté sin entusiasmo la propuesta

sin descartar un posterior cambio,

-lo que vas a querer en la vida

debes pensar con cuidado

porque todo lo que deseas mucho

puedes lograr alcanzarlo-



HELENA

Me dijo que me parecía mucho

a la Dama de las Camelias

mujer de expresión melancólica

grandes ojos y piel morena

Helena me da su confianza mostrándome

los rincones mas íntimos de su vida,

yo soy mas reservada, no por desconfianza

sino por temor a no ser comprendida.



Sus padres son Cristina  y Eduardo,

me cuenta la historia de su madre,

murió cuando ella tenia 12 años

sufría bajadas de azúcar en sangre.

Sus hermanos la besan tristes

ella mira la escena en silencio,

de pronto la muerta exhala un suspiro

parpadea y regresa de entre los muertos.

Del temor a la muerte nacen las religiones

aunque no haber pruebas de fundamento

que evidencien mas vida que la terrena

ella asegura que estuvo en el cielo.

Cristina me regala cariño y ternura

-pobre niña huérfana y desamparada-

me desagrada que no me quieran

por mi sino por mis circunstancias.

Eduardo me pareció el hombre

 mas atractivo que había visto en mi vida,

sus movimientos eran combinación

perfecta de fuerza y armonía.

Ni apagado como su hijo Pedro,

ni batallador como su hijo Carlos,

ante aquel hombre deslumbrante

las otras presencias se me borraron.

Guapo, elegante, perfumado,

se relaciona con la aristocracia

montar a caballo, el polo y la lectura

son sus aficiones mas arraigadas.

Helena se enamoró del chofer

pero este la utilizaba

de correo para mandarle recados

a una doncella casada.

Ahora esta  con el chico que monta

a caballo en Puerta de Hierro

me convierto en celestina

de sus clandestinos encuentros.

Se meten entre los matorrales

yo vigilo el camino y los veo a ellos

aviso si alguien se acerca y salen

con los botones desabrochados y el pelo revuelto

Helena quería que amara a Carlos

para reforzar los lazos de amistad

con otros mas recios y perdurables

los del parentesco matrimonial.

“Farmacia” era el medio mas sencillo

de lograr una independencia económica

la subordinación a un marido produce

en mi adolescencia verdadera congoja

-No desaprovechemos las oportunidades

nosotras podemos escoger-

dijo Helena- porque ser estúpido

es lo peor que se puede ser-



LAS ENCLAUSTRADAS

Se  alimentan del trabajo de la huerta,

juegan a la rueda y cantan:

“al cielo quiero ir” parecen niñas

mentalmente retrasadas

¿y si no hay cielo ni vida eterna

se estarían sacrificando por nada?

son felices, no sufren por la familia

ni el amor desvela sus noches largas,

no tienen una amiga que las arrastre

a hacer lo que les desagrada

sopesé pros y contras y dije:

-!mejor monja que casada!



Todos me invitan en Navidad,

pero yo extraño el cariño de las amas

que entre besos  me ponían  al día

de lo acontecido desde mi marcha,

extrañaba las tímidas caricias del abuelo,

con Don Atilano, las vespertinas charlas,

la tranquilidad de mi mundo,

el sonido de las campanas,

el lento pasar del tiempo,

los cánticos de las enclaustradas,

Helena se abstuvo de criticar

lo que yo tanto añoraba.

Dijo del obispo que era alto y fuerte,

que tenía piel como de deportista,

que sus manos eran anchas con los pelos

justos para resultar bonitas.

Le gustaba su cabeza erguida

su gesto bizarro y arrogante,

su boca, sus dientes, sus labios,

sus ojos negros brillantes.

Intuyó en su vida un amoroso secreto

al oírle cantar el “adiós a la vida”

en su voz desprendía el sentimiento

de una pasión no correspondida.



EL OBISPO

Don Atilano se quedo sin padre

cuando él contaba pocos años

su madre, falleció siendo ya religioso

en su gabinete luce su retrato.

Cuando quedó prematuramente viuda

 como un hombre en la tahona trabajaba,

después bordaba exquisiteces

que la aristocracia se disputaba.

Metió a su hijo en el seminario

porque no le costaba nada,

era mejor que la panadería

y su educación  aseguraba.

Fuera estaba la miseria,

el Seminario era el bienestar natural,

el acceso a una vida mas digna

y sobre todo refinamiento espiritual.

Entró con 11 años al seminario

y él confía  en que el señor

valore el esfuerzo que ha hecho

por multiplicar lo que él le dio.

Rememora su sacrificio

está su deber por encima de sus deseos

escoge ser sacerdote renunciando

a aquella mujer de los dulces besos.

Contrata a Josefa en la casona

al morir padre e hijo al mismo tiempo

se preocupa de la gente humilde

que tienen exiguos ingresos.

Desde que le dio un ataque de corazón al obispo

Blanca veía la muerte como presencia constante,

 como una compañera de la vida

de la que no puede separarse.   



EVARISTO

Nadie sabía de la enfermedad del obispo

pues el boticario, ateo republicano,

nada comentó sobre las medicinas

que vendía a Don Atilano,

a ese representante del oscurantismo

que además de ser foráneo,

cultiva naranjas agrias

en la huerta de su palacio.



Helena queda prendada del obispo

 no podía amar a quien no admirase,

Aunque la belleza del jinete de Puerta

de Hierro no pudiera negarse,

era incapaz de sentir placer

cuando el empezaba a manosearle,

prefería explorar su propio cuerpo

logrando un delirio exultante.

Blanca, a la hora de la merienda

escuchaba lo que decían las amas:

“Hay mujeres que disfrutan mucho

otras a quienes no les gusta nada,

las hay que solo gozan con otras mujeres,

y hombres que a otros hombres desean,

no hay nada que esté prohibido

cuando grita la entrepierna”

-Me gustan los pechos grandes-

dijo Helena rozándome un pezón-

 dejó sus pechos al aire

desabrochándose el camisón,

pero a mi me gustan mas los suyos

me parecen mucho mas elegantes,

los mios son ordinarios vulgares

excesivamente repletos de carne.

Recordé dos chicas en el colegio

que siempre dormían juntas

posé mis dedos y labios en sus pechos

comenzando así nuestra primera aventura.

Tenia el color de las flores del manzano,

un escalofrío recorrió mi piel,

al sentir como se endurecía en mi boca

no pude seguir...  y me aparte.

Helena se abrochó satisfecha:

-empezaba a creer que era anormal,

nunca me entregaré a una persona

a quien no pueda admirar-

Helena me había gustado siempre

la rubiez dorada, el cuello largo,

los ojos claros de princesa de cuento

la melena de mechones casi blancos

y sedosos que cuando los recogía

en un moño escapaban del lazo

el vello de las axilas que semejaba

plumón de los nidos de pájaro,

la mata del pubis donde el pelo

era mas oscuro fuerte y rizado

yo lo envidiaba por no tenerlo

y adoraba acariciarlo.

Helena hundía su cara en mi cuello

se frotaba como un gato,

le faltaron en su infancia los besos

que a mi las amas me prodigaron.

Empezó a preocuparse de que

solo conmigo llegase al orgasmo,

su homosexualidad limitaba sus relaciones

con la otra mitad de los seres humanos.

Juntas nunca seríamos felices

éramos como el hombre del cuento

que atraviesa el bosque buscando una rama

para hacerse un bastón de fresno,

y va desdeñando las que encuentra,

piensa que encontrará otra mejor,

al llegar al final se da cuenta

de que no puede hacerse el bastón.

Pero no se trata de pactar con la realidad

ni de bajar las exigencias

sino de estimar esa realidad

y no compararla con quimeras.

Al acabar el internado

nos trasladamos a una residencia,

y sobre la Nueva Física

acudimos a unas conferencias.

Mi estado de perpetua becaria

tal incomodidad me producía

que seguí a Helena por aquel camino

que especialmente no me atraía.

Éramos las únicas del sexo femenino

en aquella enorme facultad,

los profesores nos trataban

 con extrema cortesía y afabilidad.



AROZAMENA

Era admirado por su talento

y amigo personal de Azaña,

compartían animadversión a la educación

religiosa y sus ideas republicanas.

Era arbitrario e injusto

en el ejercicio de la docencia,

pero sus clases estaban atestadas

y en la Facultad era una estrella.

Al acabar la carrera nos coge

como ayudantes, pues al ser chicas

nos suponía docilidad, sumisión

y ser escasamente competitivas.

Esperaba de nosotras un comportamiento

acorde al cargo de “ayudantes perpetuas”

porque nunca mencionó la posibilidad

de una promoción académica.

Dos años después le reprochamos que

 con neutrones estuviéramos trabajando

nos insulto, dijo que eramos animales

de ideas cortas y cabellos largos.

 Le ofrecen dirigir el Centro

 de Investigaciones Científicas en 1934

nos pide nuestra colaboración

en su proyecto y aceptamos.  

Nos dijo: -no se que me depara el futuro,

ignoro donde puedo llegar,

pero si lo que sospecho es cierto

cambiará la vida de la humanidad-

Llegó a decir que las personas rubias

le parecían seres medio hechos

como el pan que se le saca

del horno antes de tiempo.

Por eso el profesor me besó a mi,

oí estruendo de cristales rotos

mis piernas temblaron al ver a Helena

mirándonos desde la puerta del laboratorio

-cualquier mujer se sentiría orgullosa

de enamorar a un genio y tu lo rechazas

yo haría por el cualquier cosa

pero conmigo no quiere nada-

Me sentí como una “virgen hipócrita”

concepto que designa al sexo femenino

que finge despreciar lo que  desea

deformado por los prejuicios.

A partir de su arrebato en el laboratorio

empezó a tratarnos de forma distinta,

los trabajos de Helena recibían  elogios

 los míos eran objeto de crítica.

Con ella era atento, simpático

cariñoso y muy amable,

conmigo se mostraba seco

y en apariencia distante.

Si quería hacerme alguna corrección

cosa que ocurría casi todos los días,

venía a mi mesa y se inclinaba

yo sentía su aliento en mi mejilla,

iba yo enrojeciendo a medida

que pasaba el tiempo y el seguía

detrás de mi resoplando

y echándome su calor encima.

 La situación me ponía tan nerviosa

 que las correcciones no entendía,

y él insistía y su voz iba cambiando

de tono haciéndose mas íntima.

Veía las aletas de su nariz palpitantes

me olfateaba como un cazador a su presa

-¿se da cuenta? ¿lo comprende?-murmuraba roncamente en mi oreja



Le idea de dejar en el mundo

una perdurable huella

llevó a Helena a convertirse

en amante del profesor Arozamena

Le ofreció llevarle a casa

un trabajo rutinario

pero los tres sabíamos que era otra cosa

lo que Helena andaba buscando

La perdida de la virginidad

desde un punto de vista físico

es un acto doloroso

 pero un dolor que tiene sentido,

como librarse de unas ataduras

romper la cuerda que se clava en tu carne,

que aunque luego sentirás alivio

de momento duele al soltarse.

Emplaza a Helena en una casa de citas

a pesar de que los dos eran adultos

iban cada uno por su cuenta

no querían exponerse al publico.

Mantienen relaciones en el despacho

les excita que yo les oiga tras la puerta,

la radio, amortigua los gemidos

pero al profesor le molesta.

Mi sensualidad se desbocó por caminos

hasta entonces para mi insospechados,

me enardecía ver mi desnudo cuerpo

y tenía sueños húmedos y apasionados.

Mi amor platónico por Eduardo

se cargó de violentos deseos.

ensoñaciones que enrojecían

hasta la punta de mis cabellos.

Eduardo quiso alejarnos del profesor

que arruinaba nuestro futuro profesional

sin méritos académicos e impidiéndonos

los disfrutes típicos de nuestra edad.

 Helena compartía conmigo su dinero

cada vez que ella mencionaba

la posibilidad de un romance con su padre

los latidos del corazón me ahogaban.

Helena no supo que fue el amor

por su padre y mi cariño hacia ella,

lo que me llevó a meterme en la cama

del profesor Arozamena.

Que Ricardo fuera un chico soltero

y con piso, fueron las cualidades

que me hicieron elegirlo

para desvirgarme.

Tomé dos copas de aquel orujo

que usaba para dolores menstruales,

oculté que era virgen y sin darse cuenta

venció el obstáculo sin percatarse.

Ofrecí al profesor ir a su casa

para que no dudara de mi intención,

fue el primer amante que compartimos

mi querida amiga y yo

Helena le dijo al profesor

que su padre era mi amante,

no pidió perdón por su indiscreción

ni intentó disculparse

El profesor que en sus expresiones

era brillante además de preciso,

se volvía grosero en la cama

incoherente y reiterativo.

Se preocupaba de mis sensaciones

le afloraba un aire desvalido

que no se le apreciaba nunca

cuando estaba vestido.

Desnudo se le veía delgado

como un niño larguirucho y quebradizo

que sin desarrollar anchuras de hombre

hubiera envejecido.

Arozamena me habló de Benedicta,

la mulata que con 7 años y sin parentela

su padre trajo desde Cuba

tras muchos años de ausencia.

Vive con él en Madrid

desde que murió el viejo,

lo mas seguro es que sean hermanos

y estén cometiendo incesto.

Nos citaba por separado

en una casa de citas

prefería yo el cuarto a las miradas

con que nos obsequiaba Benedicta.

Cada vez con mas mando en la casa

le amenazaba con largarse

a Azpeitia y montar una casa

de comidas con hospedaje.



Le dije al profesor que  quería

 montar una farmacia  en Brétema

- no sabes mentir, se que lo haces

por estar cerca del padre de Helena,

los amores platónicos o dejan

de ser platónicos o se postergan,

solo los enfermos mentales mantienen

amores que solo existen en su cabeza-

El apego de Helena por el profesor

se transformó en vengativos deseos,

le dijo que volvíamos a la Universidad

descartó cualquier tipo de arreglo:

-hemos perdido 6 años de nuestra vida

y por tu culpa no hemos avanzado,

 ni en el plano académico

ni en el aspecto humano-

Desapareció en él la seguridad

asomaba su parte mas desvalida,

vinculada al niño sin padre y al perro

que murió por salvarle la vida.

Yo sentí una gran pena por todos nosotros,

por el profesor que perdió su amor,

por Helena que quiso dejar huella

pero no lo consiguió,

por Don Atilano que se hizo obispo

por complacer a su madre y ahora

cultiva naranjas agrias en palacio

y el amor no  vivido cantando añora,

y por  mi, que me moriría

con mi único talento enterrado

sin haberme atrevido nunca

a tirar para adelante e intentarlo.

Habló Helena del Físico de la Complutense

y se distrajo de su trabajo el profesor,

el condensador a punto de estallar estaba

cuando quiso enmendar su error.

Él lo cogió el con sus manos

lo encerró en la cámara de refrigeración

como un monstruo deforme de cuerpo hinchado

5 días después Arozamena murió.

Benedicta no se separó de su lado

Helena quería pedirle perdón,

pudo entrar y con su mano desnuda

tiernamente lo acarició. 



¿porqué cada una había ido

a enamorarse precisamente

de la persona mas inapropiada

que no puede corresponderle?



LA GUERRA

El 18 de Julio en Ceuta y Melilla

se sublevan los regulares y la legión,

no somos conscientes de la tragedia

estamos sumidas en nuestro dolor.

Zanatismo: estado de paz y quietud

en que desaparecen apetencias y deseos,

solo perdura el afán de diluirse

en la nada sin dolor, por supuesto,

desaparecen las inquietudes

no se anhela ni se teme nada,

yo añoraba mis charlas con el obispo

aquellas tardes durante mi infancia.

Luego llega la sensación de pereza culpable,

cuando tras la añoranza aparece el cansancio,

los quehaceres cotidianos parecen losas

requieren esfuerzos de voluntad titánicos.

Surge luego la depresión,

después llegan fases mas placenteras,

mas tarde un estado de reposo y quietud

y la vida parece mas serena.

Me atraía ser monja enclaustrada o farera

en un faro frente a la inmensidad del mar

alejada de la civilización por rocas inhóspitas

me parecía un paraíso terrenal.

-Desengáñate -me dijo Helena-

si hubieras nacido para monja o farera

la naturaleza que es muy sabia

te hubiera hecho mas flaca y fea-

Galicia se unió a los insurrectos

tras una sangrienta resistencia.

se quemaron iglesias y se mataron

a gentes de izquierdas y derechas.

Asturias se mantiene fiel a la república

Eduardo desconfiaba de los dos mandos

Pedro le insta a apoyar el alzamiento

Carlos se une a los republicanos



¡Abajo los obispos rojos!

escribían en el palacio de Don Atilano

los camisas azules cantan el cara al sol

en lugar de luchar como soldados

Aviones republicanos bombardearon

el ferrocarril para entorpecer el envío

de armas al frente de Asturias

y derrotar a los subversivos.

En represalia los falangistas

prendieron a librepensadores,

a los tertulianos de Don Evaristo

los llevaron por la calle a empujones,

les obligaban a arrodillarse gritando

¡Viva Cristo Rey, Arriba España!

 Les arrojaban carajones de caballo

 a la cara y los fustigaban.

Don Evaristo se negó a obedecerlos

y a rastras  se lo llevaron

hasta la plaza de la catedral

le impidieron acogerse a sagrado.

Empezaron a tirarle piedras

sin que nadie se atreviera a defenderlo,

le alcanzaron en la frente y en la boca

le gritaban “de rodillas ateo”

Surgió Don Atilano, se hizo  silencio,

dijo: -dejad a este hombre en paz

malditos las personas que usan

el nombre de dios para matar-

Convirtieron al boticario en polémico

unos alababan su valor y dignidad,

otros veían en su actitud obstinada

obcecación y mala voluntad.

Por temor a ser los siguientes

muchos no se atrevieron a criticar,

y sus contertulios lamentaban

haberse dejado humillar,

Dijo el boticario; -mas vale morir

con honra que vivir con vilipendio-

hubo muchos que justificaron

que quisieran darle un escarmiento.

A nadie le sorprendió que el día

que volaron un cuartel los republicanos,

apareciera Don Evaristo

en el patio de su casa ahorcado.

Algunos decían que por temor

a las represalias se había colgado,

pero quienes lo conocíamos

sabíamos que lo habían matado,

pues no había carta para el juez

con sus últimos mandatos

y un hombre tan digno como él

 para matarse se hubiera calzado .

El obispo no fue al entierro,

Don Evaristo no quería curas en él,

yo fui por solidaridad con el gremio

porque él había sido lo que yo quería ser.

Falangistas nos dijeron: -ahora las sobrinas

del obispo van a entierros de los ateos,

a algunos aristócratas vamos a tener

que darles un buen escarmiento-

Helena replicó: -y a algunos cobardes

al frente va a haber que mandarlos

donde están los hombres, no como

las gallinas bien lejos y cacareando-

Los falangistas estaban furiosos

el cabecilla intento detenerla:

-te voy a demostrar lo hombre que soy-

mi patada le alcanzó en la entrepierna

Cuando el mundo se hunde alrededor

y la muerte se convierte en algo cotidiano,

saltan las barreras que construimos

para protegernos y ampararnos,

para evitar que las pasiones nos avasallen

y nos hagan la vida posible,

o para liberarnos de las ataduras

que cumplir nuestros sueños impiden



En Bretema paseaba con Eduardo

me ayudaba a saltar arroyos y setos,

me impulsaba y me frenaba

para que aterrizase junto a su pecho.

Me confesó: -te necesito Blanca-

entendí que su mundo se hundía,

sus hijos luchaban en bandos opuestos

por ideales que él no compartía.

Estábamos en la biblioteca

no sé quien dio el primer paso

solo sentí su boca en la mía

y su cuerpo entre mis brazos,

el mundo estalló de golpe

en un remolino de centellas,

que giraban vertiginosamente

que se tragó el pazo y la biblioteca.



Llegaban camionetas con gente del frente

quisiera cambiarme por cualquiera de ellos

los sacaban de los camiones con las caras

 tapadas con mantas, muertos.

No podía pensar en nada

solo deseaba morir

-vámonos al frente- dijo Helena-

no me opuse, cuando me arrastró de allí.



Mi padrino lloraba cuando supo

que iba de enfermera al frente,

si dios te llama por ese camino

yo no puedo retenerte.

Recuerdo con nitidez los años de guerra

pero desordenados e inconexos,

El Legionario, El Pipiolo y Germán

desencadenaron nuestros sentimientos.

 Era nuestra existencia antes

un abanico de posibilidades abiertas,

después se cerró el horizonte

cubierto por la cenizas de la guerra.



Se disfruta con cosas triviales

cuando se ve la muerte tan de cerca,

te alegras de beber agua

si has estado horas sedienta,

y te anima el piropo de un herido

mientras le curas, porque piensas,

 que tu puedes ser la próxima

y no hay lugar para la tristeza



Llegamos al hospital del frente

en un coche cargado de falangistas,

se nos unían en los controles al presentar

el certificado de curso de enfermería.

El médico se llamaba Germán

había heridos hasta en el suelo

que se iba llenando de charcos de sangre

y olor a sudor y excrementos.

Nos dijo: -si vais a desmayaros

salid afuera, no vayáis a caeros

sobre los soldados heridos

y tiréis las botellas de suero.

Hacéis estupendos vendajes

mas si aprendierais a hacerlos

con la décima parte de vendas

serían perfectos-

Había nacido cerca de Brétema

en una pequeña aldea

él era ayudante de Don Higinio

su hermana era  la maestra       

Los rojos avanzaron hasta Somiedo

el cura y el médico fueron quemados

remataron en su cama a los heridos

a tres enfermeras apresaron

les pidieron que gritaran

“Viva Rusia” con el puño en alto

cuando gritaron “Viva España

y viva Cristo Rey”, las fusilaron

-Que estupidez -dijo Helena-

eran  como nosotras, de España-

Era dignidad mas que creencias

nadie te debe obligar a dar !vivas!

A España, a Cristo Rey o a Rusia

para salvar la vida

porque eso te despoja de tu dignidad

y de la necesaria autoestima

para que vivir valga la pena

con la mirada digna y la cabeza erguida

Los falangistas agresivos

nos denuncian a la comandancia.

No sabíamos lo peligroso que era

decir lo que uno pensaba,

con los años aprendimos a callarnos.

Para escapar de represiones y venganzas

pedían los hombres ir al frente

y así ocurría que te los encontrabas

combatiendo en un mando

con cuyas ideas no simpatizaba,

de donde menos imaginabas surgía

una solidaridad inesperada,

ayudas a prisioneros pero también

delaciones insospechadas.

Llegando a la comandancia

alguien nos susurró: negadlo todo

no digáis mas palabras que

 “no se, no vi, no conozco”

El coronel, amigo de Eduardo

nos había oído hablar en ingles

por lo que nos quiso de interpretes

para traducir las noticias de la BBC



LEGIONARIO

Veterano que estuvo en África,

durante algunos años su vida

fue tan poco edificante

que nunca a ella se refería.

Portaba una cruz laureada

como escondida en la mochila,

era peligrosamente valiente

eso, todos lo reconocían. 

A pesar de la CRUZ ROJA pintada

cayeron granadas por todas partes

nosotras ni disparábamos ni delatábamos

intentando permanecer neutrales.

Podías ser republicano o socialista

y luchar con el ejército de Franco,

o ver en Franco un salvador de la patria

y estar en el bando republicano.

Tenías licencia para estar en un bando

y odiar las ideas que defendían,

podías incluso desear su derrota

pero ser neutral no se podía.



PIPIOLO

Era quinto del 36

que pasó de labrar la tierra

en una aldea tranquila

a pegar tiros en la trincheras.

Se hizo amigo del legionario

tal vez porque los extremos se atraen

el experto y el novato

fueron como uña y carne.

Le hizo prometer al legionario

que si le sobrevivía

dejaría bien marcada su sepultura

para que pudiera encontrarlo su familia.

Resulto herido el Pipiolo

quisieron darlo por fallecido

es inútil curar las heridas

de quien ha marcado el destino

-colócalo con los muertos-le dijeron.

El Legionario lo puso con los heridos

-puede que lo mate una bala-se dijo-

pero no lo enterrarán vivo-

Iba a visitarlo cada día

a pesar del cansancio y el riesgo,

le contaba las novedades

vigilaba su botella de suero.

Cuando abrió los ojos el Pipiolo

y vio el rostro de Helena tan bello,

la confundió un Ángel divino,

se creyó muerto y en el cielo.



El Legionario la miraba de un modo

que a mi me temblaban las piernas

el episodio fue conocido

mas allá de las trincheras

Le dieron permiso al Pipiolo

para ver a su familia en el pueblo,

Helena se fue con él y se amaron

en un cuarto con un catre modesto,

pasearon ilusionados,

se hicieron fotos de recuerdo,

ocultó a su novia el permiso

y no apareció por el pueblo.

Las enfermeras desconcertadas

no entendían que la hija de un marqués

fuese con un chico sin ser su novia

y sin estar enamorada de él.



Llegó una carta para Helena del Pipiolo

-no olvidaré aquellos días -le decía-

si lees esto es que me han matado

pero te esperaré en la otra vida-

Germán se dedicaba a los demás

con naturalidad y sin ostentación,

era la persona que te da confianza

de quien te crees una recomendación.

A Helena también le atraía El Legionario

su desprecio por la muerte, su valentía,

lo que imaginaba en sus fantasías sexuales

y lo poco que esperaba de la vida,

Mientras los demás descansaban

el iba al puesto de socorro a verla,

todos lo sabían y los dejaban solos

luego volvía a las trincheras.

Trasladaron su bandera

para el asalto definitivo a Gijón

sabían que no volverían a verse

-Adiós Ángel- Legionario, adiós-



Con las pertenencias del legionario

Helena recibe un paquete del frente

deja dispuesto que repartan

sus pertenencias entre los supervivientes,

que las condecoraciones obtenidas

se las hagan llegar a Helena,

y una medallita de oro que ella

decide enrollarse en la muñeca

El hijo del chofer de Eduardo

es pillado haciendo sabotaje

le interrogaron, le torturaron

y lo dejaron desangrarse.

Sin juicio ni confesión de culpabilidad,

no fue ajusticiado sino asesinado,

dijeron que murió al estallarle

un fusil que  estaba revisando.

Con mal sabor de boca y desconfiando

de todos volvimos al frente

sin ponernos de acuerdo sobre si el chico

había sido un traidor o un héroe.

Delataron a Antón cuando bajaba

del monte para ver a su esposa y niñas

lo acorralaron en la plaza del seminario

 apostaron guardias en las cuatro esquinas

Al amanecer no lo encontraron,

escapó ayudado por el obispo,

-tenga cuidado eminencia, una cosa

es caridad y otra encubrir asesinos-



GERMÁN

Luchó Germán hasta el final

por Cecilia aunque Don Higinio

se desentendió pronto de ella

al ver que el caso estaba perdido.

Enamorado de aquella mujer, no pudo

salvarla y renegó de la medicina,

estuvo a su lado hasta q murió y luego

abandonó la especialidad de cirugía,

En comandancia destruyeron

nuestra denuncia y la de Germán

pero la gente del pueblo tiene memoria

les cuesta demasiado olvidar.

Habían visto al médico

en mítines del frente popular,

no quiso volver a Brétema

para no crear malestar.



Nuestra labor era humanitaria

ejercíamos con criterio geográfico

si nos hubiéramos quedado en Madrid

nuestro puesto de socorro sería republicano

Germán se  resistía a Helena

cualquier hombre se sentiría halagado

de que aquel ángel caprichoso

se empeñase en conquistarlo.

Ella le echó los brazos al cuello

con una llave de yudo lo tumbó,

si hubiera sucedido al revés diríamos

que se había cometido una violación.

Cuando la persona dice una cosa

y su cuerpo lo contrario

se debe atender a la persona

aunque el cuerpo esté disfrutando,

si una mujer rechaza a  un hombre

y este usando la fuerza la goza

tiene derecho a sentirme violada

aunque le haya transportado a la gloria

Germán: -no quiero ataduras Helena-

ella le respondió: -ok jefe

no he pedido que me quieras

sino que me dejes quererte-



-La batalla del Ebro decidió nuestros destinos

 y fue cerrando un abanico de posibilidades,

matan al padre de Germán como a todos

sacándolo por la noche a la calle.

Simulan un intento de fuga

para poder dispararle

lo dejan en la tapia del cementerio

donde tantos compañeros yacen.

Llega noticia de la desaparición de Carlos

pero habiendo tantos prisioneros,

Helena cree que su hermano

bien puede estar entre ellos.

Si yo lo hubiera querido a él

y no a su padre, estaría vivo,

pues no se hubiera alistado

estaríamos casados y con niños

pero no pudo competir con su padre

para ganarse mi cariño



Germán se pasó a los rojos

cuando el triunfo de Franco era inminente,

decidió que el final de la guerra le pillara

en el bando en el que había querido estar siempre.

Les pidió que no mataran a los heridos y aceptaron

pues no quisieron despreciar en su repliegue

un médico cirujano

con tanta experiencia en el frente.

El testimonio de uno de los heridos

salvó a Germán de la pena de muerte

cuando perdieron la batalla

y lo juzgaban por rebelde.

No lo condenaron por traidor

sino por su pasado socialista,

solo cinco años de cárcel

fue una sentencia bastante optimista.

Temiendo una condena a muerte

nos pareció una insignificancia,

pero te das cuenta de la larga condena

cuando vas contando los días que faltan

Al acabar teníamos 30 años

nos habíamos hecho mayores

con ilusiones perdidas y la amargura

de no compartir el gozo de los vencedores



Las acusaciones contra el obispo

por ayudar a gente de izquierdas

y proteger a los maquis lo convierten

en una presencia incómoda y molesta.

La jerarquía eclesiástica decide

para evitar mayores males

que se recluya en un monasterio trapense

donde pasará el día sin ver a nadie.

Eso era peor que las enclaustradas,

todos estábamos horrorizados,

-me vendrá bien un poco de silencio-dijo

después de 3 años tan agitados-

Don Atilano regaló su anillo a Helena

ella siempre lo llevaba en la mano,

escribía con la pluma de Arozamena

en la muñeca, la medalla del legionario,

la foto del Pipiolo en la cartera,

no quiso desprenderse del coche de Carlos.

Era como si tomase sobre si el peso

de mantener a aquellas personas vivas,

ya que no habían podido dejar

una huella perdurable por si mismas.

A mí me dio su  precioso reloj

la víspera de su partida

saldría hacia el convento tempranito

no quería amargas despedidas.

No pudimos respetar su deseo, me quedé

bajo los soportales para verlo de lejos

la gente quería despedirlo

muchas ventanas se iban abriendo.

Las campanas de la catedral

rompieron el silencio, se escucharon

5  lastimeros tañidos que anunciaban

que el fallecido era Don Atilano



En el entierro se respiraba un gran duelo

entre quienes lo queríamos y lo admirábamos,

no faltaron quienes en vida

lo habían criticado y condenado.

La iglesia volcó en el sus galas fúnebres   

demostrando su poder frente al estado,

como si dijese: solo nosotros podemos

juzgar a los nuestros y desterrarlos,

el hijo rebelde ha muerto y la iglesia

lo acoge de nuevo en sus brazos.

Estaba haciendo la maleta

cuando sintió en su corazón el fallo,

pienso que el Fámulo no le dio los remedios

que otras veces lo habían salvado,

porque durante los funerales, con cara

de satisfacción me dijo: no llores

está mejor ahora que donde lo llevaban

les ha hecho un corte de mangas a esos cabrones



En mis reacciones con Eduardo

comprobé con tristeza

que seguía turbándome

cuando estaba en su presencia

Planeó un viaje por Europa

para arrancarnos esa pena

pero Alemania invadió Polonia

y nos arrastrarían a la contienda.

Decidió que el destino sería América,

suponía años de exilio este viaje,

había que tomar importantes decisiones

y yo decidí quedarme.

Eduardo siguió ocupándose

lo todo lo relativo a mi estudios,

revocaron los avances de la república

me esperaban años represivos muy duros.

Volvió a insistir antes de irse:

-vente con nosotros Blanca

-¿en calidad de que?- Le pregunté

-de lo que quieras, no te forzaré a nada

de lo que puedas arrepentirte ni aprovecharé

tu soledad para inclinar a mi favor la balanza

hacer otra cosa sería

mas propio de un canalla,

solo puedo ofrecerte mi nombre

 no me concederá el divorcio Cristina,

sus creencias religiosas se lo impiden

no le importa lo que haga con mi vida-

-Esperaré a que salga Germán de la cárcel,

mientras, acabaré farmacia,

abriré una botica tendré una tertulianos

escribiré un libro sobre las plantas-



Helena fue a ver a Germán

salió muy decepcionada,

-no es a mí a quien quiere

es a ti Blanca a quien ama,

carece totalmente de ambiciones,

conversará contigo en la botica,

se quedará en el pueblo a ayudar

a nacer a los hijos de las campesinas,

os quedareis en este valle perdido rodeados

del tañer de las campanas,

de frailes de clausuras,

de monjas enclaustradas-



Transcurridos los 5 años

se abrió la puerta de la cárcel,

apareció un figura larguirucha y flaca

su hermana Amelia atravesó la calle.

Él me buscó con la mirada

yo corrí hacia sus brazos abiertos

-ya nada podrá separarnos- le dije-

y le regalé un “te quiero”

Le prohibieron ejercer como médico

no fui su esposa, sino su novia eterna

mantuvimos nuestras casas no queríamos hijos

ni creíamos en el placer de la convivencia

Me molestaba someter a Germán


pues para estar con la mujer que quería

no le obligarían  a pasar por la iglesia.

Era feliz con mi farmacia y al caer

la tarde con mis charlas de ateos,

había incluso estudiantes universitarios

que dialogaban con los mas viejos.

De la tertulia salio la idea

de publicar un libro de plantas

para poder dedicarme al catálogo

contraté de manceba a Amalia

le habían quitado la plaza de maestra

porque la hija y hermana

de socialistas no debía tener a su cargo

la formación de los hombres del mañana.

Me gustaba hacer experimentos

cuyo efecto yo misma probaba,

lociones para la caída del pelo

perfumes de olorosas fragancias,

incluso saque beneficio

de mis desmañados errores

logrando un ungüento que cura

la falta de erección en los hombres.



Helena me llama por teléfono

yo prefiero escribirle cartas

vamos a América a presentar

mi libro de “medicinales plantas”

Ella se encarga de nuestro alojamiento

invita también a Amalia

yo no puedo pagarlo pues vivimos

los tres de lo que da la farmacia

Helena me pregunta si con Amalia me acuesto

porque sospecha que es lesbiana,

tal vez por su aspecto asexuado

provinciano soso y sin gracia.



Lo bueno que nos sucede en la vida

proviene exclusivamente de tu trabajo

ya sea estudiar energía atómica

ya sea defender a marginados,

es importante acertar en la elección

porque todo lo demás

a partir del momento de plenitud

solo se puede empeorar,

las relaciones se deterioran,

los seres queridos desaparecen,

todo va desembocando

en enfermedades y muerte

Eduardo vino a Madrid a morir

no quiso que lo viera enfermo

llore su muerte como la del obispo

como mi mas leal consejero



El éxito del libro se debe

a la eficacia de las recetas,

hierbas para dormir, afrodisiacos,

perfumes cremas de belleza.

La información sobre plantas abortivas

prohibieron el libro en España

Helena se encargó de las gestiones

para publicarlo en EEUU y Francia.

Me pidió que escribiera nuestra historia

no entendí que, para una biografía

me eligiera a mi y no a cualquiera

de sus amigas yanquis feministas

Era una benefactora de la humanidad

defendiendo derechos de gente inadaptada,

ya tenía una cátedra con su nombre

en una ciudad americana.

Me dio unos consejos a tener en cuenta:

-expresa siempre la verdad

relata incluso aquellas cosas

que hicimos tan mal,

no esperes mucho para escribirlo

pues chochearás cuando te hagas vieja,

habrá cosas que se te olviden

 de esas que merecen la pena,

pregúntame lo que quieras,

ahora es el mejor momento-

yo ignoraba que al reloj de su vida

se le estaba agotando el tiempo.



Lo sabía todo sobre ella,

que disfrutó con Germán en la cama,

que solo con el llego al orgasmo

sin necesitar que la maltrataran.

Se empeñó en que me hiciera un chequeo

me dijo que muchas personas

padecían diversos tipos de cánceres

por estar en contacto con energía atómica.

Recordé cuando tocó a Arozamena

contaminado él por la radiación,

quise acompañarla en sus últimos momentos

pero no me lo permitió

-te necesito para vivir, no para morir

y me aterra la sola idea

de morir aferrada a tu mano

queriendo prolongar tu presencia.

Prefiero estar sola

lo tengo todo dispuesto

el sanatorio para los últimos días

los objetos personales, el testamento.

voy a despedirme de Germán -dijo-

le sugerí que lo esperara en casa

-viene a cenar cada noche

al final de la jornada-

Fue tajante en su negativa

prefirió verlo en su consulta

con camillas cómodas en las que

dar rienda suelta a su última locura.

Germán me llamó para decirme

que no lo esperase, que tenía trabajo

que no vendría a casa esta noche

 me alegré en el fondo a pesar del llanto.



Pregunté -¿Helena,qué tal ayer?

 Respondió: -un poco incómoda la camilla-

en el fondo me alegré de que aquella golfa

hubiera gozado con el amor de su vida.

Nos abrazamos muy fuerte

hundió su cabeza en mi cuello,

su pelo a pesar de las canas

sedoso como siempre seguía siendo.



Creo que ha valido la pena

que es positivo el balance de nuestras vidas,

pues bien mirado en el fondo del caos

gozamos de una recóndita armonía



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